Biblioteca, información, conocimiento… ¿alguien me puede explicar?

He venido con una rasquiñita, de esas que rascan duro… Y quiero rascarme bastante hoy en este post; le voy a hincar el diente al tema del conocimiento y su relación con la biblioteca como institución y al bibliotecólogo como objeto social. En la institución llamada biblioteca se cruzan des-conocimiento, re-conocimiento y re-construcción permanente, pues se configura en ella el movimiento y la incertidumbre, a la vez que exige al bibliotecólogo un talante abierto a la duda, a resistir la oscuridad y ser constante en la búsqueda de luces para intentar comprender, interpretar y explicar una realidad que nunca es igual, que se mueve como un caleidoscopio. El conocimiento es una interpretación, – nada más abstracto – pues se trata de una construcción producto de la aprehensión de la realidad o de los hechos de ella: su alimento es la búsqueda constante de explicaciones y comprensiones para ver de otra manera las cosas, por ello, el conocimiento será siempre móvil, dialéctico, pues como anota Margarita María Gaviriaes una construcción en devenir (…) es una pulsión, pues para ésta “la meta no es su destino final, sino el camino mismo” es decir, la pulsión gira en torno al objeto, de modo que su propósito no es la satisfacción completa del deseo, sino poder volver incesantemente sobre su senda circular”. El conocimiento es deseo, requiere procesos de ir y venir, se hace desde la necesidad que genera la duda y de él se genera un producto: más conocimiento, el cual, a saber, consignamos en objetos llamados documentos. No hay bibliotecología posible sin deseo, el deseo de compartir, de servir, de poner al alcance de otros aquello que es un misterio, que se encuentra oculto; de igual manera; no hay conocimiento posible, sin deseo, el deseo de responder preguntas, de caminar de la oscuridad hacia la luz, como en la Cueva de Platón; cabe entonces la pregunta, ¿es posible ser bibliotecólogo sin deseo?

El conocimiento es una “pulsión”, un deseo, incluso, una necesidad de saber; la ciencia es una actividad intelectual que pone en orden ese deseo-pulsión, mediante la configuración de unos pasos y unas estrategias para descubrir los misterios de la naturaleza, la sociedad y los hombres; así la ciencia es una actividad cognoscitiva que sistematiza y convierte el deseo de conocer en problemas, preguntas, hipótesis y lleva a cabo prácticas de ensayo y error. Es en ese proceso, en esos pasos en los que se configura lo que llamamos análisis de información, y también aquello que nombramos como formación de usuarios, en estas dos prácticas desarrollamos ejercicios de ensayo error en los que soportamos todos los elementos de los procesos de análisis de información, los de búsqueda de la misma y los de interacción con las personas que forman las comunidades de usuarios. Ya la IFLA habla de gestión del conocimiento en el documento “Gestión de las bibliotecas en el siglo XXI” sin embargo, estos cambios de nombres de las cosas, no representan un cambio real, acaso ¿Antes no gestionaban las bibliotecas conocimiento, acaso puede la biblioteca hacer esa diferencia entre información y conocimiento sin socavar sus principios ontológicos? La verdad no tengo la respuesta a la pregunta. Me quedo con más interrogantes, más para quienes no saben mucho de la bibliotecología, que para los bibliotecólogos. Igualmente, cuando hablamos de bibliotecas, para efectos académicos las separamos en tipologías: académicas, públicas, populares… entre otras, ahora bien, ¿Cuál es más biblioteca, la popular con escasos recursos o la moderna con todos los recursos a su disposición? Los usuarios, son estudiados, separados para ser tipificados según características socioeconómicas, académicas, demográficas u otras… Pero para la biblioteca deben haber diferencias entre sus usuarios? Un ejemplo, ¿cuál de estas dos personas se puede catalogar como usuario de información? de cual de ellos dos podemos decir que tiene más capacidades para gestionar de manera adecuada información documental para generar conocimiento y desarrollo, cuál tendrá más capacidad de autogestión? ¿Qué gestionamos los bibliotecólogos en las bibliotecas: información o conocimiento, son diferentes o son iguales? Sujeto_sin_futuro En todo caso, antes de responder estas preguntas, debemos mirar a la cara a las realidados socioeconómicas en las que están inmersos los niños y los jóvenes de nuestra región, que pueden graficarse así

Y para que se diviertan un poco, este regalito raro

Bibliografía

  • Gaviria Velásquez, Margarita Maria.  ¿Es posible la gestión del conocimiento en la actividad científica? Una aproximación al “bucle retroactivo” del conocimiento.  Ponencia I Encuentro Internacional de Investigación en Bibliotecología y Ciencia de la Información.  Centro de Investigaciones en Ciencia de la Información –CICINF- Escuela Interamericana de Bibliotecología, Universidad de Antioquia. Medellín,  2006
  • Heisenberg, Werner.  La imagen de la naturaleza en la física actual Capitulo I.  Planeta-Agostini. Barcelona, 1993
  • Marin, Luis Fernando.  “La noción de paradigma” En Revista Signo y pensamiento Vol25 No 50 enero-junio Santa Fe de Bogotá. 2007
  • Moya Cantero, Eugenio.  La disputa del positivismo en la filosofía contemporánea.  Universidad de Murcia.  España, 1997 p.18
  • Meza Cascante, Luis Gerardo.  El paradigma positivista y la concepción dialéctica del conocimiento.  Escuela de Matemática, Instituto Tecnológico de Costa Rica.  En línea:http://www.cidse.itcr.ac.cr/revistamate/ContribucionesV4n22003/meza/pag1.html Consultado: Enero 31 de 2008

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