“Quienes asumimos esta profesión de la Bibliotecología, tenemos la responsabilidad de organizar el conocimiento de una manera estructurada…”
El ser humano se ha caracterizado por estar cumpliendo patrones y guiones inculcados desde su niñez, procurando reflejar actitudes, deseos y necesidades; inicialmente de su propia familia y luego del entorno donde coexiste, una simbología de identidades, culturas y facetas encriptadas características de cada individuo, las cuales son complejas para analizarlas y predecirlas.
Los griegos consideraban a cada ser como una obra teatral, se colocaban una máscara según sea la ocasión, la personalidad o prosopón (de origen griego), es aquella máscara que muchos se colocan hoy en día, en estos tiempos tumultuosos, iracundos, para ocultar su propia identidad, mostrar los sentimientos y comportamientos del personaje que van a encarnar.
Este Alter ego, es evidente en cada uno de nosotros, en la lozanía de emprender una conducta humana, para ser aceptados, de lo contrario igualmente bien o mal, está impreso, en digital, audio, en las prótesis móviles que mantienen ocupadas nuestras manos y adormeciendo nuestro cerebro, modificado la estructura colectiva de cada persona que busca insaciablemente entre las líneas, en 0 y 1, procurar parecerse a otros, porque no se aceptan tal como son: hombres y mujeres.
Postulado de Heidegger.
El estudio de las conductas humanas está correlacionado con una conciencia que los percibe, profundizando una reflexión de los fenómenos que acontecen en las Bibliotecas, unificando la relación sujeto-objeto de las personas que convergen en estos espacios; según la afirmación de Heidegger (2015): “dejar y hacer ver por sí mismo aquello que se muestra, tal como se muestra a partir de sí mismo”. Contrariamente, lo que asevera la humanidad de minorizar la evolución de las bibliotecas, en el modo como estamos en este ámbito dinámico y la plusvalía que cada individuo, bibliotecólogo, escribano o documentalista, este dispuesto a fomentar y adicionar la importancia de las diversas formas o modos del pensamiento, incluso, sino lo captan en el momento que les interesa adquirir nuevas experiencias.
En efecto, Heidegger (2015), considera: “El ser se encuentra en el hecho de que algo es y en su ser‐así, en la realidad, en el estar‐ahí, en la consistencia, en la validez, en el existir” esta es una de las principales razones de que estén presentes las bibliotecas; o debemos preguntarnos: ¿Si la humanidad, supiera siempre lo que le interesa aprender? ¿Qué necesidad hay que existan las bibliotecas? Con autores experimentados como Edmund Husserl, y sus posteriores discípulos versados Martin Heidegger, Max Scheler, etc., quienes han sustentado que existe una crisis de identidad del ciudadano contemporáneo.
El Alter-Ego Bibliotecario, es la exploración de las vivencias de cada usuario que asisten a las bibliotecas o procuran leer un libro, como una perspectiva en su quehacer diario; está triada informacional conformada por los autores, el medio donde divulgan sus escritos y los benefactores que se apropian de esos conocimientos quienes conforman una triada informacional, destacando el protagonismo de las Bibliotecas como un espacio abierto de aprendizaje; la estimación de participación de los actores se evidenciará progresivamente según su rol y de la experiencia van adquiriendo.
Alexandra Colmenares (2024), argumenta: “cada página de un libro trae consigo un testimonio de retos y superación, sino lo crees, pregúntale a aquel autor que tanto hizo para lograr su publicación”. Por esta razón, el ser humano continúa alcanzado saberes inimaginables, un abanico de disciplinas donde los avances tecnológicos paradójicamente, han abierto vetas insospechadas de conocimientos en un medio ambiente donde la inmediatez es la principal regla de cada día, promoviendo que los individuos conozcan muchas cosas, pero como personas somos extraños. Siendo un proceso en el que intervienen factores predominantemente cognoscitivos-racionales y afectivos-emocionales.
Siendo Da-Ahí y Sein-Ser, propuesto por Heidegger (2015), el enfoque del “Dasein”, se trata de un abordaje que busca comprender la realidad descrita y la forma como es vivida y conceptualizada en cada vivencia de los histriones involucrados en las Bibliotecas como organización académica, abordando, comprendiendo e interpretando las diversas experiencias, el valor de investigar, leer, desentrañar, gestionar, develar y propiciar soluciones con la aplicación de nuevos conocimientos, donde cada quién desde la niñez, adolescencia, adultez y nuestra vejez, se percaten de la necesidad de comprender la naturaleza de las bibliotecas, como una organización de datos, información y conocimientos que deben ser explorados; para poder determinar lo que se debe aprender en cada etapa evolutiva de la humanidad, se debe vincular las bibliotecas como un ser con derecho propio, no como una anomalía.
El aspecto fenomenológico señalado por Heidegger, referido a los roles de cada individuo que participaran como seres trasmisores de conocimientos tácitos a mediadores en la construcción del erudiciones explicitas, combinando las habilidades y actitudes personales de los docentes en su condición de expertos de los contenidos y del personal de las bibliotecas en cuanto al acceso a la información que ha de ser consultada, facilitando la disponibilidad de los recursos para promover y guiar la construcción formativa de los estudiantes.
Partiendo de la interrogante ¿Qué vivencias han tenido los Docentes, Personal de las Bibliotecas Universitarias y Estudiantes, en los roles que deben desempeñar en el acto educativo?. Este acercamiento de enseñanza-aprendizaje, se le debe considerar como una protagonista latente y principal, donde el enriquecimiento de cada uno de los participantes que han vinculado sus investigaciones en las bibliotecas, cimentado genéticamente en cada generación naciente, la experiencia, percepción, imaginación, recuerdos, estimación, deseos, esperanzas, temores, apreciaciones, distinciones y representaciones de sus experiencias.
En este orden de ideas, cíclicamente, las bibliotecas evolucionan aceptando nuevos estilos de pensamientos en boga, para John Dewey (1916): “El conocimiento solo puede ser acerca de las consecuencias de las acciones”, cada experiencia compartida como resultado de los ensayos, errores, observaciones, modificaciones y actuaciones por parte de los individuos. La adquisición de una amplia gama de conocimientos durante milenios, ha sido concebida como un proceso de instrucción formal, primordialmente como elementos relacionados, con las habilidades vocacionales de cada persona, que por interés y necesidad están dispuestos a obtener divulgando nuevos conocimientos; más allá del nivel de socialización, el cometido de la formación educativa de las Bibliotecas, ha sido en fomentar la cultura de la civilización en los ciudadanos, desde inicial hasta la vejez, ciertamente en la medida que la mente es disciplinada, se estará estructurando un carácter ético en cada individuo.
Quienes asumimos esta profesión de la Bibliotecología, tenemos la responsabilidad de organizar el conocimiento de una manera estructurada, empleando por lo general, principios de ordenamiento, es decir, de lo simple a lo complejo, de lo conocido a lo desconocido, comunicándolo y compartiéndolo con aquellas personas que tengan voluntad en evolucionar. No es un requisito que deban memorizar autores, fechas, páginas, frases, etc.; el propósito de las bibliotecas es lograr una enseñanza simbólica del conocimiento en la mente supuestamente perceptiva de cada individuo; donde coexista una relación del acto intencional y su correlato a reflexionar sobre el contenido de sus propias vivencias personales, como como un factor coyuntural en los actos del pensamiento.
Donde lo fundamental no está en intervenir o coaccionar, ni imponer criterios para pensar y, obtener una respuesta unidireccional de las vivencias de los posibles usuarios, es un distintivo que estará representado en las mundologías, un entorno que no es estático, está en continuo movimiento, desplegando un proceso dialéctico, sumando más aportes de los participantes en sus áreas del saber, que andan en búsqueda de una imagen representativa que ellos desean imitar.
En la medida que la vida se vuelve más compleja, la educación también se transforma en algo más formal, donde este sistema formativo se basa en el valor inalienable de la plasticidad moldeable del acceso abierto a la información, ha de mantenerse una proclividad natural de buscar, inquirir, investigar, sumergirse entre letras, tinta, papel, móviles, en ambientes donde el norte sea aprender de las experiencias; las Bibliotecas actúan como un proceso Socrático, un ejercicio mayéutico de acompañar a los usuarios, iluminando su pensamiento a través de la reflexión. La estructura del Alter-Ego Bibliotecario, con base a los postulados de los autores, permite concebir la esencia de las precepciones de los informantes, donde cada uno exteriorizara sus vivencias, donde se construirá progresivamente una concepción de los roles y las experiencias que diariamente están adquiriendo.
Postulado de Max Scheler.
Scheler (2009), argumenta: “La persona es un valor por sí misma”; su postulado estaba centrado en que la pertinencia del conocimiento se encuentra precedente en la mente de cada individuo, considerando que cada uno de nosotros tenemos una mezcla de cualidades que nos diferencian.
Fundamentado en que la ética, los valores y sentimientos de las personas, es apropiado para aquellos sectores, que interactúan con su medio ambiente; un momento abstracto e intelectual, que se suele interpretar como una afirmación, una realidad, un concepto; llevando en su esencia una paradoja, que la realidad formativa no es estática, sino dinámica.
Los enunciados propuestos por Scheler (2009), basados en sus estudios de antropología, es vital destacar que “la razón humana”, reproduce el análisis que le da forma a una realidad de una manera objetiva, algunas veces subjetivas, que no se basa en falsedades, ni falacias, sino en el contexto mismo y en el reconocimiento de la dinámica, el movimiento permanente e intercambio de experiencias.
Los estereotipos de cada individuo, están contemplados en mantener un equilibrio, donde la postura de cada ser humano es conductista, en formular las preguntas, estimular a los demás, para que ordenen sus ideas de tal manera, que logren producir un resultado pertinente.
En los albores de sus estudios fenomenológicos, su idea mantiene un hilo formativo, informacional, liberal y progresista para la difuminación de la enseñanza-aprendizaje, donde los intereses y necesidades de quienes desean obtener un conocimiento práctico e instrumental; fomentando el desarrollo de las potencialidades individuales, no en imponer un patrón preconcebido, muchas veces se distorsionan la enseñanza-aprendizaje con una figura Napoleónica.
En colación a este período de introducción, correspondiente a la infancia, apenas el conocimiento comienza a crecer paulatinamente, sería una etapa crucial en el presente inmediato, para consolidar las bases del futuro de un producto que estará fuertemente influenciado por lo que ocurra.
En la etapa de crecimiento, madurez y declinación, es habitual en las personas hoy en día, que buscan el crecimiento y las oportunidades de desarrollo, no todos se plantean la promoción y continuidad de los estudios como un objetivo primordial, esto no significa que estén equivocados, como en todo proceso existe la diversidad y, esto es normal.
Nuestro medio ambiente está conformado de innumerables variables físicas y etéreas, que poseen una arquitectura, un plan deliberado, como las venas de las hojas, la imbricación de los pétalos de una flor, la transmisión racional, intencional, de la experiencia y del pensamiento a los demás, donde requerimos de un sistema mediatizador, el prototipo del lenguaje humano hecho de la necesidad de intercomunicación diaria.
El comportamiento de las personas, a través de las experiencias y sentimientos que se construyen, con dinamismo, incentivando el compromiso y la empatía, para dar continuidad a una funcionalidad social, flexibilizando el pensamiento crítico y las habilidades para solucionar problemas, en un entorno vivencial con interacciones complejas, de contextos, objetos, metas, reglas, condiciones y muchos retos.
Sustentando “la antonomasia” de Scheler (2009), primero yo, después yo y luego sigo siendo yo, algunas veces escucharemos: ¡El conocimiento es Poder, y no lo compartiré con nadie, lo que he aprendido vale mucho! Muy bien por el que piensa así, simplemente se quedara varado en la orilla, enredado en su maraña de pensamiento inquisidor.
Somos invitados a un templo de infinidades de aportes prácticos, filosóficos, altruistas, emblemáticos, lleno de fábulas, verdades e hipótesis en espera de que otros continúen con el legado del autor o lo mejoren, cada uno de estos autores en su momento estaban adelantados en su tiempo, porque deseaban demostrar que sus propuestas ameritaban develar las ideas que permanecían encriptadas.
A sabiendas de un sector ignorante, que engullía todo lo que ellos producían y tomaban posesión de ello, creando cofradías, movimientos protestantes, porque solo la verdad absoluta les pertenecía a ellos y se debía repetir una y otra vez hasta que las personas fuesen condicionadas y hayan creído que era real.
Un entorno lleno de cambios constantes, para sobrevivir y prosperar en la actualidad, tenemos que adaptarnos rápida y eficazmente, con variables que susciten la resolución de algún problema formativo, ya sea por desajustes sociales, económicos, tecnológicos u otros factores externos, es imprescindible para evitar el estancamiento, los riesgos y la parálisis de las instituciones educativas.
Bibliotecólogos.
En esta pedregosa llanura que estamos transitando, seguimos con la convicción de no desfallecer en la lucha por seguir formando nuevos profesionales, darle un buen uso a las redes sociales, mejorar sustancialmente la organización y sistematización del sector educativo. Es un sacrificio compartido entre los docentes y los alumnos que desean aprender, para poder garantizar una información pertinente, relativa, especializada y coherente a las necesidades de cada estudiante.
Cada profesional de Bibliotecología, no pretende ser pasivo, estancarse en solo atender usuarios, subsistiendo a la constante vorágine y amenazas de los epistemicidas de turno; la visión de Scheler, está amalgamada genéticamente en cada publicación que él y otros autores han realizado, para aportar lo que por derecho los individuos deben obtener, discernir, contextualizar, cuestionar, etc., para garantizar la continuidad de los saberes, independientemente del formato o el medio que sea publicado.
Muchos intentan amarrar, cercenar a esas dendritas, que son como pajarillos libertarios, con exuberante motivación para seguir creciendo exponencialmente, todos tenemos un gran potencial, una vez que egresamos de la Universidad, la mayoría de nosotros sabemos que lo primordial no es cuestión de títulos universitarios o buenas calificaciones.
López Salazar (2016), considera: “los niveles educativos que tienen los individuos para realizar estos procesos suelen asociarse con las habilidades y destrezas informativas”. Cabe destacar que fuera de los salones de clase, requerimos lo que normalmente se debe tener: ovarios, cojones, estomago, audacia, tolerancia, bravura, astucia, osadía, tenacidad, perseverancia, honestidad, brillantez, disciplina, seguir con Dios por delante y mucho más; estos factores, como lo quieran llamar, forma parte de nuestra personalidad.
El intelecto individual requiere tanto de conocimiento técnico, como de coraje, si el miedo es demasiado fuerte, el genio se anula; entonces, hay que insistir, todos somos aprendices, debemos aprender a correr riesgos, a ser osados, a dejar que nuestro ingenio convierta ese miedo en fuerza y brillantez.
La personalidad de cada individuo, converge en que tienes que aprender quiénes somos, sobre todo en esta pandemia. Algunas personas no les gustan que las enfrenten; hay que aprender, saber cómo y cuándo dialogar con ellos, para que las personas no se sientan presionadas.
La intolerancia, discriminación, soberbia, consumismo, competitividad, egocentrismo, parece ser algunos de los parámetros morales, los estereotipos de nuestra sociedad actual. Sin embargo, muchos dedican un esfuerzo empático para intentar cambiar esto, es pertinente establecer las prioridades, brindar pautas, actuar como mentores para aquellos que se sientan coaccionados o relegados.
No debemos aceptar conductas ignominiosas, hay que mantener una mente disciplinada, enfocar y calibrar todo lo que sucede dentro de tu entorno personal, es una habilidad que se puede fortalecer con práctica y tiempo, sin importar las circunstancias, el escrutinio, las adversidades, para estar siempre equilibrados; para poder organizar, coordinar, dirigir, seleccionar un grupo de trabajo y consolidarlo como un equipo, donde sean capaces de abordar las tareas, a veces muy arduas.
Estratégicamente desde el punto de vista de las Bibliotecas, la conducta de los individuos, se les atribuye a tres fenómenos como: la velocidad de los cambios tecnológicos, los procesos de la globalización y, la necesidad de revivir el emprendimiento empresarial que nos ha caracterizado como humanidad, enriqueciendo el mundo y la cultura, que ha sido el motor importante de nuestro progreso humano.
Por lo tanto, se necesitan ciudadanos cultos, adecuados en sus diferentes propiedades, con ganas inagotables por obtener sapiencias, solidarios, dispuestos a trabajar colaborativamente con otros, contar con pensadores críticos en el presente y futuro de nuestra sociedad, donde las Bibliotecas Universitarias, sean un estímulo para la consolidación de los datos, información y conocimientos literalmente.
Fernando Antonio Salas Granado.
Bibliografía.
Colmenares, A. (2024). AlexaRelatos.- Facebook. Disponible en: https://www.facebook.com/AlexaRelatos
Dewey, J. (1916). Democracy and education.- New York: Macmillan.
Heidegger M. (2015). El ser y el tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.
López Salazar, José Jesús Rafael (2016). Competencias informacionales de los estudiantes de la Escuela de Bibliotecología de la Universidad Central de Venezuela.- Caracas: Postgrado en Gestión de Investigación y Desarrollo. Vol. 01 – N° 01 – Diciembre, p.10.
Scheler, M. (2005). Esencia y formas de la simpatía.- Salamanca: Ediciones Sígueme.