Imaginen por un momento que su biblioteca, archivo o museo tenga un programa o una actividad a desarrollar y que la comunidad donde esté haya financiado todo el proyecto. ¿Lo han visualizado alguna vez? Seguro que sí.
En los últimos años, el Crowdfunding ha hecho que surjan varios espacios en los cuales los emprendedores pueden lograr que sus proyectos de negocio sean financiados no por entidades, sino por personas.
Ahora bien ¿Esto se puede aplicar a las unidades de información? La respuesta es “Si”, sí se puede. Es por esto que, Simone Belli, Profesor del Departamento de Ciencias Sociales e Innovación de Yachay Tech, nos explica un poco como la biblioteca, el archivo o los museos pueden trabajar bajo esta modalidad como una nueva vía de financiación de proyectos.
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CROWDFUNDING. PROYECTOS DE 360 GRADOS
Para Simone Belli ¿Que es el Crowdfunding?
Simone Belli: “En mi opinión se trata de una dinámica horizontal para que la entera comunidad pueda colaborar en financiar un proyecto innovador haciendo que ésta se beneficie”.
Se entiende al Crowdfunding como la cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos y se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos. ¿La biblioteca puede estar dentro de este universo?
SB: “Sí, la biblioteca debe estar dentro de este universo, como cualquier otra institución colaborativa y co-participativa con el objetivo de beneficiar a la sociedad y mejorar sus condiciones”.
¿Independientemente que el beneficio no sea económico o monetario?
SB: “El beneficio de un proyecto de este tipo es de 360 grados. Tanto a nivel comunitario como económico. Mientras mayor sea la participación por parte de la comunidad y de los actores sociales, mayor serán los ingresos para realizar proyectos que a su vez serán prioritarios tanto por la institución como por la comunidad. Debe ser un sistema que se retroalimenta por los mismos usuarios, donde ellos son los que van a sacar mayor beneficio y provecho y así la biblioteca se convertirá en un espacio para compartir y dialogar de una manera bidireccional”.
#BIBLIOCROWDFUNDING: UNA MANERA DE AUTOFINANCIAR UNIDADES DE INFORMACIÓN.
En un artículo de Julián Marquina, explica que la posible relación entre Crowdfunding y administración pública en el ámbito cultural es un arma de doble filo. Es decir, los ciudadanos pueden llegar a pensar que no quieren pagar por servicios que ya están pagando con sus impuestos, y a los que además la administración está maltratando con recortes continuos y por otro lado la administración que puede ver este tipo de “nueva vía de financiación” como la solución a sus problemas, cuando realmente no es así.
Para esto hay que tener muy en cuenta las 4 vertientes, bien diferenciadas y sin perder el objetivo común de financiación en masa de proyectos, como lo son:
- Crowdfunding de recompensa (Reward based crowdfunding): aportaciones económicas a cambio de productos o servicios.
- Crowdfunding de inversión (Equity based crowdfunding): aportaciones económicas a cambio de acciones, participaciones o beneficios.
- Crowdfunding de préstamo (Lending based crowdfunding): aportaciones económicas que esperan recibir un tipo de interés en su devolución.
- Crowdfunding de donación (Donation based crowdfunding): aportaciones económicas realizadas de forma altruista y desinteresada.
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¿Cómo se puede crear una biblioteca bajo la modalidad Crowdfunding?
Simone Belli: “La biblioteca debería promover proyectos que beneficien a su comunidad, y también ‘escuchar’ cuales proyectos la misma comunidad quiere promover. El usuario de estos espacios debe sentirse ‘actor’ principal en esta elección, para poder contribuir a tener un espacio innovador que pueda estar al paso de la sociedad en que la biblioteca se inserta.
Las bibliotecas a través del Crowfunding no está limitada solamente en recibir presupuesto institucional y gubernamental, sino que está más libre a la hora de elegir proyectos innovadores auto-financiados por sus propios usuarios. Como podrían ser proyectos de natura editorial, o de nuevas plataformas culturales. De esta manera vamos a tener un espacio de intercambio de servicios y de herramientas que pueden competir con el sector privado y neoliberal.
Pensamos a una biblioteca que nos ofrece conocimiento, cultura e entretenimiento a 360 grados para poder satisfacer las necesidades de su comunidad. No todas las bibliotecas necesitan los mismos servicios y el mismo catalogo; una biblioteca universitaria será diferente que una biblioteca municipal, como son diferentes los usuarios que las frecuentan. Por esta razón el Crowfunding que promueven va justamente en la dirección de poder solventar las necesidades que sus usuarios tienen”.
Usted menciona algo muy importante “Escuchar proyectos que la misma comunidad quisiera promover”. ¿Cuáles ideas o proyectos cree usted que la comunidad pudiese aportar?
SB: “La dinámica del Crowfunding se basa en la democracia. Los proyectos deben ser evaluados por los mismos usuarios, y de allí sólo van a salir a la luz los que más resulten interesantes para aquella comunidad. Por ejemplo, la biblioteca de Yachay Tech es un espacio donde la mayoría de los usuarios no sobrepasan los 25 años de edad y cada día, la juventud ecuatoriana no nos deja de sorprender de manera positiva por la cantidad de ideas y proyectos que tienen por la cabeza. Recientemente descubrí un blog coordinado por dos jóvenes ecuatorianas, llamado “El Cráneo de Pangea”, que a nivel internacional está teniendo un gran éxito. Se trata de un espacio donde sólo poetas hispanohablantes nacidos entre los ochentas y noventas pueden publicar de manera libre sus obras. Proyectos de este tipo hay muchos, sobre todo en la ciudad de Quito. Son proyectos que se mueven lejanos de los círculos tradicionales de la cultura y de los medios de información, pero son mucho más interesantes e innovadores. Hice un ejemplo de poesía, pero también hay de audiovisuales, teatro, literatura y música que a través de prácticas de Crowfunding podrían tener mayor impacto en la sociedad ecuatoriana. Nuestros mismos estudiantes son parte activas de muchas de estas iniciativas”.
¿Es rentable o tendrá buenos resultados crear una biblioteca con esta modalidad de trabajo?
SB: “Hay ejemplos exitosos que hacen bien esperar en obtener buenos resultados con esta modalidad de trabajo. Lo importante es crear una cultura para que los usuarios confíen en estas dinámicas. Una dinámica horizontal donde son los mismos usuarios que se van a beneficiar. Pensamos simplemente a la compra de una cámara para realizar cortos, y que la biblioteca nos puede proporcionar esta herramienta a través del Crowfunding de su entera comunidad. O también una película o un videojuego, bienes de consumo cultural que pueden ser compartidos y utilizados para todos. Estos son sólo unos ejemplos, pero hay que pensar mucho más allá, de manera innovadora, y estoy seguro que los mismos responsables de estos espacios tienen proyectos aún más innovadores que se podrían promover a través de la práctica del Crowfunding”.
LA BIBLIOTECA NO SOLAMENTE ES UN ESPACIO DONDE SE DIFUNDE CONOCIMIENTO.
Proyectos como Wikipedia, librerías que estuvieron a punto de cerrar, restauración de obras de artes en museos, «Helpschools» para centros escolares hasta bibliotecas que necesitaban nuevos equipamientos, son aquellas ideas que, basadas en el crowdfunding tuvieron éxito.
Una de las noticias más sonadas fue en el 2013 cuando se supo que en España se financió 1,2 millones de euros en proyectos bajo la modalidad del micromecenazgo o financiación en masa, destinados a organizaciones culturales.
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¿Ha escuchado algún proyecto de biblioteca bajo la figura del Crowdfunding?
Simone Belli: “Hay muchos proyectos de Crowfunding realizados por biblioteca. En Reino Unido las bibliotecas son espacios donde no solamente se entiende como un lugar para compartir y difundir conocimiento a través de textos, sino también a través otras prácticas y herramientas”.
Los proyectos de donación de libros, las llamadas “Bibliotecas de calle” o los programas de promoción de lectura ¿Pueden entrar en esta modalidad?
SB: “Estos proyectos deben estar presentes en el espacio de la biblioteca, tanto dentro como fuera. Es decir pensar una biblioteca de calle que se encuentre en sitios que antes difícilmente había libros. Plazas, restaurantes, tiendas, y también en el mundo online. En pasado, mis estudiantes de Innovación y Emprendimiento han trabajado en aplicaciones para dispositivos móviles para incentivar los hábitos de lectura de la sociedad ecuatoriana. Estos mismos estudiantes observaron que Ecuador tiene la más baja media de libros leído por habitante de la entera región. Entonces hay que desarrollar una serie de estrategias para que leer libros se convierta en una de las actividades más comunes, pero sin que se perciba como obligación sino como placer. Los que normalmente leen libros saben de lo que estamos hablando”.