En los últimos meses he tenido la oportunidad de ir en varias ocasiones a conciertos de la Orquesta Sinfónica de Seattle[1].
Para muchas personas la música clásica no necesariamente es una de sus preferidas, para mi si que lo es. Recuerdo como cada domingo mi papá nos despertaba al son de alguna de sus piezas favoritas.
El espacio reservado para la Sinfónica de Seattle es realmente hermoso, aunque creo que ninguno de estos lugares puede ser menos que hermoso. El estilo y la ambiente son únicos cuando vas a un concierto donde solo veras talento.Desde que escuchas como afinan todos los instrumentos previo al concierto, el protocolo que es casi un ritual durante el tiempo que dure el espectáculo está tan bien realizado que solo te dejas llevar por el momento y cumples con todo el ritual. Es casi mágico.
En uno de los pasillos de afuera del recinto en la Sinfónica de Seattle colocan las fotos de todos los integrantes que tocarán ese día, porque dependiendo del concierto serán los instrumentos que deben participar y en el orden, digamos, de jerarquía dentro del esqueleto de la orquesta. Así puedes no solo está el nombre del músico en un cuadernillo que pocas veces la gente lee, sino también están sus imágenes en fotos muy agradables junto a sus instrumentos.
Luego de sentirme casi en un paraíso tuve una magnifica sorpresa, entre las fotos de los músicos y muy cerca del Director de la Orquesta está la bibliotecaria principal quien siempre está junto al grupo de músicos como parte importante del evento.
Esta persona es la encargada de velar por el resguardo de toda la memoria de la Sinfónica y su rol es de suma importancia para conocer y tener siempre a la mano las partituras que deben tocarse en un concierto específico, para todos los instrumentos participantes y para el director.
Una partitura mal puesta o mal resguardada podría causar un desastre en medio de un exquisito concierto
. Los músicos tiene muchas cosas en las cuales centrarse cuando se trata de un concierto, por ejemplo, deben relajarse, concentrarse y sobre todo entregarse con pasión a las piezas que les corresponde tocar. Es así como todo el sistema entrega a manos de profesionales la organización de la información y puesta “en escena” de los más importantes documentos que serán la base de todo el concierto.
Durante todas las presentaciones la bibliotecaria está presente y casi con toda la exactitud del director, dirige y está controlando que los músicos solo se preocupen por disfrutar el concierto porque tendrán la garantía que las partituras necesarias estarán delante de ellos.
En un post posterior publicaré una entrevista con un personaje que ejerce tan noble y exquisita labor: Bibliotecarios entre músicos.
Referencias
[1] https://www.seattlesymphony.org
Imágenes
Imagen 1 – http://www.bach-cantatas.com/Bio/Seattle-Symphony.htm
Imagen 2 – http://www.seattlesymphony.org/symphony/meet/orchestra.aspx