Este post concluye la serie de 4, publicados en Infotecarios sobre la inclusión de la discapacidad en el abordaje de nuestra profesión, intentando dar a conocer un área de trabajo en la que hace algunos años venimos desarrollando con la colega Virginia Inés Simón.
- En el primer post se abordo la importancia de la comunicación en los servicios de información, como uno de los pilares para la integración de las personas con discapacidad en el derecho a la información, la comunicación inclusiva y la necesidad de trabajar en el desarrollo de Bibliotecas accesibles.
- En el segundo se dieron a conocer las tecnologías adaptativas, su relevancia en el área de la información y la necesidad de inclusión en las Bibliotecas y centros de información. Se partió desde las definiciones de tecnologías adaptativas y se brindó una clasificación propia y algunos ejemplos a tener en cuenta.
- Los usuarios fueron el tema del tercer post, y mas específicamente la elaboración de un perfil de usuario inclusivo, revalorizando en lugar que ocupa el usuario en nuestro trabajo y haciendo hincapié en la necesidad de conocer sus necesidades y limitaciones para poder ayudar y asistirlo de forma correcta y precisa.
Ahora es nuestro turno para reflexionar sobre el rol de los profesionales de la información y el lugar que ocupamos en las Bibliotecas accesibles como modelo a seguir.
Creo que todos estamos de acuerdo en que nuestra profesión es asistencial, social y humana por sobre todas las cosas. Podemos capacitarnos y estar al corriente de las últimas tendencias en procesos técnicos, tecnologías, servicios y productos (y todo esto es muy necesario y no pretendo desmerecerlo) pero si destacar que debe ir de la mano de la cordialidad, la amabilidad, la vocación de servicio, ayuda, colaboración y el seguimiento a nuestro usuarios.
El profesional de la información como multiplicador del conocimiento, y en su rol de ciudadano al servicio de la información, debe ser impulsor en este nuevo proceso de comunicación inclusiva que garantiza una Sociedad de la Información que respeta los derechos de todas las personas, que piensa en una sociedad integrada, participativa y colaborativa con todos los individuos que la componen.
Resulta imposible imaginarse al ser humano sin comunicación, sin interacción. La comunicación es el eje de nuestras vidas, ya sea interpersonal cara a cara o virtual por medio de chat, videoconferencia, llamada telefónica, radio, televisión o a partir de cualquier otro aparato tecnológico que nos permita una comunicación sincrónica; o por medio del correo electrónico, cartas postales, producción bibliográfica, diarios, internet y demás medios asincrónicos.
Postura personal
Realmente, ¿Cuántos de nosotros nos hemos detenido a pensar en la posibilidad de no poder acceder a alguno de estos medios de comunicación, debido a algún tipo discapacidad o impedimento parcial o permanente? Raramente las personas piensan en esto; salvando distancias con quienes conocen a alguien con discapacidad y se dan cuenta de las dificultades o barreras con las que se encuentran al momento de realizar actividades o tareas que a otra persona le resultan habituales y sencillas.
Más del 10 % por ciento de las personas de todo el mundo tienen algún tipo de discapacidad. Casi un tercio de las personas que componen la población mundial convive o conoce a alguien que tiene algún tipo de discapacidad . Esta es una verdad sobre la que no solemos parar a reflexionar.
En nuestro rol profesional tratamos de ubicarnos en el lugar de todas las personas con discapacidad que se encuentran con barreras de comunicación y acceso a la información.
Desde nuestra profesión, debemos trabajar y colaborar por el cambio en fomentar la comunicación inclusiva para todos nuestros usuarios.
Entender el rol del bibliotecario como agente de integración social es entender al bibliotecario, por sobre todas las cosas, como persona humana, pudiendo este ser o no persona con discapacidad. Quizás no lo hemos desarrollado en post anteriores, pero es oportuno destacar el enriquecimiento de trabajar y construir nuestro aporte sobre la base de la propia experiencia de personas con discapacidad. Tal como se gestó la base de la creación de laConvención de los Derechos de las Personas con Discapacidad“Nada de nosotros sin nosotros”, y como lo han asumido las principales asociaciones de lucha y movimiento de vida independiente, se trata de participar a la persona con discapacidad en el goce pleno de sus derechos, tanto en su rol de usuario, como en su rol como profesional de la información.
Es menester, que de una vez por todas, se comprenda la reciprocidad que debe de gestarse en los servicios bibliotecarios para el usuario, la empatía con las necesidades de información, la asimilación y plena comprensión del “derecho a la información” como un derecho humano, ya no de lo escrito sino en el plano práctico. Absorber estos valores y comprendernos como agentes de cambio, como facilitadores, como nexos entre el documento y el usuario.
Ha quedado claro que sobran herramientas, aplicaciones y dispositivos de cero o bajo costo. Sobran alternativas para la resolución de problemas de acceso a la información. Aún así, la realidad nos sigue chocando con la incompresión general de la sociedad sobre el concepto de modelo social de discapacidad. Si el bibliotecario asume esta postura como propia, podrá verse así mismo entonces como un verdadero agente de integración, ya pues, cuenta con el más vasto conocimiento de tecnologías de la información y de la comunicación, y con una amplia formación la gestión de recursos de información y ahora entonces también tiene en sí mismo el poder de la acción social, de los valores y virtudes tanto hablados. Empatía, proactividad, actitud, pero por sobre todas las cosas, ganas y voluntad para mejorar nuestro entorno.
Algunas referencias
- Blanco Egido, E. (2006). Ponencia XV Jornadas EUBD: Las políticas para la promoción y protección de los derechos de las personas con discapacidad. Revista general de información y documentación , 16 (1), 29-37.
- Burgos Bordonau, E. (2006). Políticas de información y discapacidad: Nuevos retos para la integración. Revista general de información y documentación, 16 (1), 13-27.
- Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad. (s.f.). [Consultado el 31-08-2010]. Disponible en:http://www.sidar.org/recur/direc/legis/convencion.php
- Hernandez, H; Simón V. Tecnologías adaptativas en los procesos de comunicación: aportes inclusivos. 44º Reunión Nacional de Bibliotecarios. Buenos Aires : ABGRA, 2012.
- Palacios, A. (2008). El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Madrid : Cinca, 2008.
Es imposible no tomar una fuerte postura respecto de este post. No cabe un comentario tibio cuando de inclusión e integración se trata. Hace días a raíz de una situación en particular muy incómoda, comprendí lo importante, lo esencial de comprender al profesional de la información como agente de integrador social por sobre todas las cosas. Bien dice el post que ser bibliotecario, antes que nada, se proyecta como una profesión asistencial y social por sobre todas las cosas y destaca las palabras «cordialidad», «amabilidad», «vocación de servicio», «ayuda», «colaboración». Que eso no quita para nada valor a las herramientas y conocimientos técnicos de la disciplina, al contrario, son la herramienta para llegar al objetivo. Que hace falta prepararse mucho, que hace falta estar al tanto de las nuevas tecnologías aplicables a los procesos técnicos, los productos y servicios, que hace falta ser verdaderos profesionales de la información, abocados a su tarea, innovadores y creativos por sobre todas las cosas, que hace falta siempre aspirar a un perfeccionamiento cada vez mayor en esta vocación pero ¿por qué todo ello?: Nada más ni nada menos porque el bibliotecario es ante todo un SER HUMANO trabaja en un medio social teniendo como usuarios a PERSONAS, todas ellas únicas, diferentes y con distintas capacidades. Elegir esta carrera es plantearse inevitablemente la postura personal que tan bien explica este artículo, sin tener otra alternativa que decir SI AL COMPROMISO SOCIAL. De nada sirve todo lo que se pueda aprender sino somos capaces de utilizar todo ese conocimiento para lograr un cambio, aunque sea pequeño. Agradezco a la autora y a todos los profesionales bibliotecarios que nos inspiran a seguir luchando para poder hacer de nuestro entorno, un entorno más humano.