Certificación de Bibliotecas Académicas

 «No busques la aprobación de los demás, excepto por la consciencia de estar dando lo mejor de ti mismo» Andrew Carnegie 

Imagen de openbravo.com

Durante el año 2008, las bibliotecas que conforman el Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Puerto Rico, participaron de un proceso para la certificación de las mismas por parte de la Association of College and Research Libraries (ACRL). En ese entonces la ACRL, formuló 12 estándares, con los cuales debía cumplir cada biblioteca dentro del sistema que quisiera tener esa certificación. Los estándares eran los siguientes:

  • Planificación
  • Avalúo
  • Avalúo de los resultados
  • Servicios
  • Enseñanza
  • Recursos
  • Acceso
  • Recursos humanos
  • Instalaciones físicas
  • Comunicación y cooperación
  • Administración
  • Presupuesto

Estos estándares para las bibliotecas académicas fueron diseñados para guiar a las bibliotecas académicas en la promoción y el mantenimiento de su papel como colaboradores en la educación de los estudiantes, ayudar al logro de las misiones de sus instituciones de educación superior y para posicionar a las bibliotecas como líderes. De acuerdo a los estándares, también las bibliotecas deben demostrar su valor y documentar su contribución a la eficacia institucional en general y estar preparados para hacer frente a los cambios en la educación superior.

Trabajé en este proceso de certificación en el 2008. La experiencia fue agotadora a nivel mental, emocional y físico. A nivel mental porque requiere de una recuperación, organización y análisis de documentos. A nivel emocional, porque en el encargado del proceso reside la responsabilidad de lograr la certificación y el prestigio (porque dinero o bienes materiales no he visto) que pueda conllevar dicha certificación. Y físico, porque requiere largas horas de trabajo y reuniones. Debido a la situación dual de mi país, (somos Latinoamericanos, pero tenemos ciudadanía Estadounidense), los estándares formulados por la ACRL,  en papel se adaptan perfectamente a los lineamientos que se siguen (o se deben seguir) en las bibliotecas, más sin embargo en la práctica es otra cosa, puesto que nuestra esencia latinoamericana aflora. Nunca había pensado que este bi lo que sea, que vivimos los puertorriqueños nos llegase a afectar hasta en estos niveles.

Desde el punto de vista pragmático, fue un ejercicio interesante, puesto que pone de manifiesto las fortalezas con las que contamos, las oportunidades para mejorar, las debilidades para fortalecer y las amenazas que combatir. También es un ejercicio que levanta ronchas, incomodidades e inquietudes. A pocos les gusta ver y peor que otros que no están aquí presentes, vean las debilidades / desastres que ocurren y con las que se trabaja a diario.  Otro aspecto “ronchoso” es la distribución de trabajos a realizar en este tipo de ejercicio, sumado a las inequidades y deficiencias…

Hay ronchas que perduran a través del tiempo como surcos en la memoria

Ya han pasado cinco años, con este pasar del tiempo, nos enfrentamos nuevamente al “monstruo” de la certificación.  Lo difícil del asunto radica en que “la cosa no es como antes”. Me refiero a que no se cuentan con la misma cantidad de recursos humanos, físicos y presupuestarios. La “crisis” ha tocado las bibliotecas, nos indican que nos tenemos que reinventar…  de tripas haremos corazones. Las exigencias son las mismas o magnificadas, los recursos están limitados y lastimosamente todavía en los ambientes académicos ALGUNOS miran con recelo todo lo que sea de contenido abierto, 2.0… siguen atados a los «succionadores» de presupuestos en la era del 1.0.

Preguntas que afloran, ¿se han seguido las recomendaciones generadas en los autoestudios y las recomendaciones hechas por el organismo certificador, en este caso ACRL? ¿Qué beneficios, fuera del “prestigio” han recibido las bibliotecas certificadas, en términos de dinero, empleomanía y recursos? En medio de un momento de cambio de poder debido a que la Universidad de Puerto Rico no cuenta con un Presidente en propiedad, ¿se debe propiciar este proceso? ¿No será mejor esperar por la nueva presidencia y recibir las órdenes que permanecerán para iniciar los trabajos (que debieron haber siempre sido)? ¿Qué mueve a realizar este ejercicio nuevamente, cuando no hay las condiciones para el logro de una certificación?

El ejercicio de una certificación, ya sea por ACRL o por cualquier otro organismo certificador y/o acreditador conlleva trabajo, sacrificio, esfuerzo. Debe ser un ejercicio planificado ya que luego de iniciado no se detendrá en ningún momento por tanto es uno continuo en el cual el mismo proceso nos irá ofreciendo las claves a mejorar y/o fortalecer.

 

Referencias

Association of College and Research Libraries (2008-2013). Standards for Libraries in Higher Education.  Recuperado de: http://www.ala.org/acrl/standards/standardslibraries

Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. (2008). Informe para el Autoestudio del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras Años 2001- 2002 al 2007-2008, según los estándares de la Association of College and Research Libraries.  Recuperado de: http://biblioteca.uprrp.edu/Autoestudio-SB.pdf

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