“El desarrollo de los procesos mentales, comienza con un diálogo hecho de palabras y gestos, entre el niño y los padres, el pensamiento autónomo empieza cuando el niño es capaz por primera vez de interiorizar esas conversaciones e instruirlas dentro de sí”. (Vygotski, 1979).
Lo dicho en el párrafo precedente, donde el diálogo que profesa el psicólogo soviético es un monologo materno o paterno, compuesto de sonidos, estímulos y sonrisas de todas aquellas vivencias, que van adquiriendo, hasta ir consolidándolas en su capacidad de reconocimiento cognoscitivo.
Desde el momento en que estamos en el vientre de nuestras madres, un entorno cálido, acogedor, mejor que cualquier suite terrenal, porque la devoción y ternura que profesan nuestras madres, nos hablan sin cesar, bailan con nosotros, nos cultivan la creatividad, le van dando forma a nuestro pensamiento, metafóricamente es como una biblioteca 100% de alma pura, que nos va envolviendo en su regazo con palabras tiernas y de mucha paz.
Desde ese preciso momento, en nuestra mente comenzamos la absorción de todas las experiencias que van entrando por la puerta de nuestros sentidos hasta llegar gradualmente a la mente.
Las Bibliotecas son para los niños, así como el mundo que los rodea, un conglomerado de objetos lleno de misterios, de acontecimientos incompresibles, de figuras abstractas, hasta indescifrables.
La constante presencia de los datos en nuestro mundo, es un misterio que se ha de resolver, una adivinanza que hay que descifrar, donde luchas con preguntas directas o indirectas, decodificando las formas concentradas, casi emblemáticas donde la experiencia está enmarcada en la cruzada rumbo a la conquista de la realidad y, con frecuencia el conocimiento se alcanza de formas inimaginables.
¿Qué pasaría si formulamos frecuentemente: Quién; Porqué; Qué; Donde; Cuando? ¿Será utópico leer, concentrarse, prestar especial atención a los detalles, a los ejemplos que apoyan las ideas principales? ¿Recitar las lecturas, un activo o un pasivo en desuso? ¿Repasar, releer, volver a leer el texto? ¿Acaso nos tomamos el tiempo necesario para buscar las formas de relacionar las diferentes secciones de una lectura? ¿En qué eje transversal hemos dejado de explorar, ojear, echar una mirada, tomar nota de los contenidos? ¿Buscar imágenes para relacionar las ideas con el contenido de nuestras vivencias? ¿Qué es lo que queremos? ¿En qué escalafón nos encontramos los que laboramos con los datos? ¿Habrá la posibilidad de contarnos como los granos de arroz en una pulgada de arena en la playa?
Tal vez por resiliencia, resistencia, egoísmo, promoción, empatía, donde cada persona tiene un don, aunque no sea fácil reconocerlo, tal vez no quieren, no saben o no pueden advertir cual es la virtud que tienen internamente.
A veces las descubren después de tantos rodeos, donde al fin habrá llegado el momento de decidir por sí mismos, en ese preciso momento, tendrás una mente abierta, podrás escuchar, discernir, pensar en grande, evolucionar, estar atento, es probable que captes aquellos detalles que pueden escapar de una mente adormecida.
Y si nuestra creatividad, que la hemos deshumanizado en una letanía de normas rígidas, pretendiendo coexistir en una supuesta diplomacia y de panfletarias promesas de que las Bibliotecas, somos el alma de la formación y flujo informacional.
Debemos ser creativos, entonces formularemos las siguientes preguntas: ¿Y si hacemos un muñeco? ¿Cuántos zapatos tiene de largo una Biblioteca? ¿Cuántas cucharas tiene de alto el cuello de una jirafa? ¿Cuántos saca corchos hay desde la trompa de un elefante hasta su cola? ¿Se podrá trazar un puente, entre tanta tinta y papel que tienen los libros? ¿Será que el egoísmo de nuestros pares se compara con la depredación de las hienas? ¿Qué cantidad multicolor habrá entre los camaleones, con aquellos que dicen apoyar las Bibliotecas? ¿Cuántos Poncio Pilatos, nos rodean? ¿Es más factible convivir con ignorancia, con Fariseos y gerentes como Barrabas?.
Freire (1979), considera que hay que: “Formar emprendedores, desde la base, desde cada salón de clase, es un desafío impostergable, lo imperativo es precisamente la construcción y formación de profesionales que vayan más allá de la alienación y la subordinación”.
Siendo un pensador crítico, el autor está consciente de que ideológicamente cuando lees un libro, no siempre captas lo que el autor escribe y está bien, en la medida que nuestros pensamientos promueven nuestras palabras, estas generan nuestras acciones, hábitos, carácter y nuestro destino, también podemos alegar que el destino tiene sus caminos para todo aquel que se atreve a caminarlos.
Ivanna Delelisi (2020), argumenta: “Esto que pasa tiene que dar una vuelta a la historia social y económica del mundo, nadie se va a salvar, si no hay un trabajo colaborativo y colectivo”.
En este orden de ideas, mancomunadamente, sin creatividad, sin formación, con la proliferación de adoctrinados, para algunos que desean atornillarse en el poder, adueñarse de un país, para ellos, es conveniente contar con el beneplácito del ejército, de la policía y de grupos populares de represión, contra todos aquellos que pretendan ser creativos, emprendedores, comunicativos, pedagógicos y promulguen el acceso abierto de la información.
Vygotski (1979), insiste en que los niños mantienen: “Los gérmenes de la imaginación creativa”, combinan los datos adquiridos de una experiencia en potencia, para construir una nueva realidad, que sustente y responda a sus curiosidades y sus necesidades, sin ningún tipo de adoctrinamiento en las escuelas.
Es pertinente acotar que la vida en el ambiente social externo y ajeno a los salones de clase, constituye una educación latente, donde adquirimos conocimientos, actitudes, pericias, en donde somos presionados para que nos amoldemos y podamos participar de una manera efectiva en nuestro entorno.
En consideración, convivimos en una sociedad estática o primitiva, donde predominan las prácticas conservadoras, mientras que las creativas adoptan grandes esfuerzos, por procurar que haya un intercambio y reconocimiento de las ideas, del potencial humano que se esmera en superarse, independientemente de las presiones sociales.
Por supuesto, esto no quiere decir que todas las personas participan en este proceso de emprendedores creativos, más vale es una minoría reducida quienes se dedican a producir nuevas ideas, nuevos conceptos e innovaciones de todo tipo, con la finalidad de seguir satisfaciendo su curiosidad.
Por lo tanto la creatividad, es sinónimo de un pensamiento divergente, capaz de romper continuamente con los esquemas represivos; una mente que está siempre dispuesta a trabajar, hacer preguntas, descubrir problemas que deban ser resueltos, donde solo otros husmean, siempre habrá un conglomerado dispuesto a ser autónomos e independientes sin dejarse inhibir por el conformismo.
Fernando Antonio Salas Granado.
Bibliografía.
Delelisi, I. (2020). Bibliotecari@s Conectad@s.- Whatsapp: Bibliotecari@s Conectad@s 11 de noviembre 2020.
Freire, P. (1979). La dimensión política de la educación.- Caracas: Laboratorio Educativo.
Vygotski, L.S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores.- Barcelona: Editorial Crítica.