De las folksonomías o la Torre de Babel

Ante los nuevos paradigmas que se nos presentan una de las estrategias mas viables que hemos encontrado para enfrentarnos a ellos es la “cooperación”, en todas sus variables; un ejemplo claro de ello son las Folksonomías, que representan un intento por ordenar (o como mejor lo conocemos en nuestro ambiente: catalogar) la información contenida en el mundo del Internet; es así que los contenidos existentes en la nube se están categorizando por los mismos usuarios que crean libremente etiquetas o tags para designar dichos objetos.

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La folksonomía es un término adjudicado a Thomas Vander Wal, que tiene su raíz en los siguientes vocablos: Folk (gente o pueblo) + Taxonomía (Gestión -taxis- de la clasificación -nomos-), es decir, Folksonomía es la clasificación gestionada por el pueblo.

«La folksonomía se crea a partir del contacto del etiquetado por parte de la persona que consume información» (Vander Wal, 2007)

“… forma desestructurada de clasificación por los usuarios, donde asignan sus propias etiquetas describiendo las fuentes siguiendo su propio criterio”. (Marcos Ros-Martín, 2008)

Este tipo de clasificación emerge de una forma libre y espontánea, con fines de una recuperación posterior, definitivamente se aparta de las estructuras de jerarquización tradicionales, basándose en la colaboración de los individuos; es así como un individuo utiliza su propio vocabulario para etiquetar un material informativo, lo cual puede generar a su vez un valor agregado al contenido, debido a que  puede haber una retroalimentación y no así con las taxonomías, por ejemplo. Esta práctica se lleva a cabo dentro de entornos de software social, donde encontramos ejemplos como Flickr, DeliciousBlinkList por mencionar solo algunos.

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Nube de etiquetas del Delicious de la Comunidad

Según Thomas Vander Wal, existen dos tipos de folksonomía:

  • Folksonomía amplia: Donde el creador no influye en las etiquetas que se ponen a su contenido, sino que son las propias personas usuarias quienes lo hacen, favoreciendo así que estas etiquetas estén en sus propios idiomas y sus propias palabras. Un ejemplo de folksonomía amplia es Del.icio.us, página donde se pueden ordenar y compartir los enlaces favoritos.

folksonomia amplia

  • Folksonomía estrecha: Al contrario a la anterior, sólo el creador del contenido o un número reducido de personas aplican las etiquetas al contenido. Generalmente esta folksonomía está directamente asociada a un objeto y es difícil saber cómo están siendo utilizadas. Por lo tanto, no genera vocabulario u otras descripciones emergentes. Un ejemplo de folksonomía estrecha es Flickr, aplicación en línea de gestión de imágenes y vídeos que permite buscar, almacenar ordenar almacenar ordenar y compartir, donde la utilización de las etiquetas la lleva a cabo el propietario.

folksonomia estrecha

Algunas de las ventajas que presentan las folksonomías según Moreiro González (2006) son:

  • Simplicidad de utilización: Dado que son los propios usuarios los que llevan a cabo el etiquetado utilizan el lenguaje común y corriente, dejando de lado un complicado conjunto de reglas.
  • Economía: Cuando los usuarios realizan el etiquetado lo hacen con la intención de mejorar las búsquedas y no por obtener ganancias económicas, así que mientras mayor sea la cooperación mayores serán los beneficios.
  • Adecuación al entorno web: El uso de este tipo de clasificación fue con la finalidad de poder tener cierto control sobre la gran cantidad de información en la red.
  • Ejecución de consultas: Para el usuario resulta más fácil identificar aquellas etiquetas que le son familiares, ya que él mismo es el que las asigna y por lo tanto se hace más fácil su recuperación.
  • Simplicidad en la gestión: Al utilizarse un lenguaje libre en las etiquetas, este es más sencillo en su mantenimiento y al verse involucrados varios individuos se actualiza constantemente.
  • Flexibilidad: La asignación de etiquetas (palabras-clave) a los recursos es flexible, ya que no se trata de un lenguaje precoordinado y no cuenta con un vocabulario definido a priori.

Las desventajas según Serrano Cobos (2007) son las siguientes:

  • Los tags se limitan en general a palabras únicas, ni tan siquiera permite expresiones complejas; es decir, se utiliza flores, no flores secas. Por tanto, las categorías que crea (los tags) son muy genéricos.
  • Los tags eliminan las relaciones jerárquicas, restringiéndose a las relaciones asociativas.
  • Aumenta la exhaustividad en la recuperación (obtenemos más información), pero dificulta la especificidad (obtener justo lo que buscamos).
  • El tamaño visual puede engañar a los usuarios que describen sus contenidos: cuanto más grande un tag, más incita a usarse para describir nuevos contenidos.

Como bien mencioné al principio de este post, estamos frente a un nuevo paradigma, entendamos que nos encontramos en un mundo más abierto, cooperativo y con grandes necesidades de información, por lo que, si bien es cierto que las folksonomías son un tipo de clasificación en evolución, con sus defensores y detractores no podemos evitarlo, ya está presente y es una herramienta que el mismo usuario de la información puede manipular, cada día son más los usuarios que se suman al etiquetado y los mismos que confían en dichas tags.

Las comunidades necesitan de dichas etiquetas y creo que en la medida que los usuarios puedan asumir la responsabilidad al llevar a cabo estos etiquetados tendrá mucho más validez la folksonomía, pero para ello es necesario que sepan qué importancia tienen las etiquetas, cómo funcionan y porqué es importante etiquetar, ahí en buena medida también nuestra participación como profesionales de concientizar al usuario para valorar el etiquetado y agregar aquellos términos que sean lo más pertinentes posibles.

Fuentes consultadas y/o recomendadas.

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