“Usualmente los profesionales cualificados tienden a regresar a su país de origen, sin embargo en el caso de la migración reciente de venezolanos estamos en presencia de una migración caracterizada por grupos familiares muy jóvenes (con presencia de hijos/as) haciendo cada vez más lejana la posibilidad del retorno. Igualmente, la persistencia de procesos de deterioro político y económico hace cada vez más distantes tales posibilidades de retorno”.
Magaly Sánchez-R. y Douglas S. Massey, Universidad de Princeton
¡Feliz Día del Bibliotecólogo y Archivólogo Venezolano! Les deseamos a todos los colegas venezolanos, donde quiera que se encuentren. Esta es la cuarta edición de dicha celebración acá en InfoTecarios, una serie de posts asociados a este Día Nacional que dan cuenta de la importancia que tiene para nosotros esta jornada: En primer lugar, se hizo un recuento histórico (2013) sobre el origen de esta fecha. Luego, una maravillosa coincidencia histórica nos invitó a escribir sobre el “primer bibliotecario venezolano” (2014) del cual se tenga registro. Y la última vez, lo vivimos con un webinar súper interesante en una entrevista a una de las más destacadas representantes del mundo académico bibliotecario de Venezuela (2015).
En esta oportunidad, nos hemos propuesto tocar un tema por demás atractivo, relevante, actual y con un pronóstico que desafía al futuro profesional. Un poco inspirados en el libro: “Diáspora del talento. Migración y educación en Venezuela” (2014), editado por la Fundación Centro de Estudios de las Américas y del Caribe (FUNDACELAC) y la Fundación Talento Venezolano en el Exterior (TALVEN), decidimos dedicar este nuevo capítulo de la serie al fenómeno migratorio que ahora mismo vive nuestro país. Y movidos por las historias ya conocidas y otras por descubrir de varios de nuestros colegas radicados en el extranjero, creímos necesario tocar esta tecla de nuestra realidad social.
Así las cosas, nos planteamos contactar al menos a media docena de colegas venezolanos que actualmente se encuentran viviendo en el extranjero. Y con la ayuda de nuestra exintegrante infotecaria y profesora Estela Mastromatteo, logramos ubicar a unas cuántas personas más. La idea: hacerles llegar un cuestionario de tipo abierto, elaborado exhaustivamente con la finalidad de obtener información acerca de sus experiencias migratorias como profesionales de la información.
Se formularon un total de diez (10) preguntas abiertas, a ser respondidas de forma efectiva y con la mayor brevedad posible. Les preguntamos a nuestros colegas venezolanos contactados sobre: su experiencia de residencia en el extranjero, su estatus legal y tiempo migratorio, las oportunidades y desafíos laborales en el ejercicio de la profesión, pequeños ejercicios de bibliotecología comparada, las posibilidades mínimas de regreso al país y, finalmente, un mensaje dedicado a los colegas que hacen vida en Venezuela.
La riqueza narrativa que se desprende de esta consulta personalizada y llevada a cabo vía correo electrónico no tiene precio, es simplemente incalculable. Y me atrevo a señalar ampliamente esclarecedora de una realidad muy comentada pero poco conocida a fondo. Esperemos que sea de su agrado, amigo lector venezolano y latinoamericano, estos relatos son el reflejo de una nación que ha vivido, vive y no sabemos hasta cuándo vivirá en crisis económica, política, social, cultural y ahora bajo una severa crisis humanitaria que de algún modo impacta a la región. A continuación, pequeñas historias de la diáspora del conocimiento venezolano en el mundo de las bibliotecas y los archivos:
Endrina Bermúdez Guilpen (Bibliotecóloga), tiene un año y seis meses en la República Oriental del Uruguay, es residente legal. Nos cuenta que decidió salir de Venezuela por “la insoportable situación económica, política, moral y de inseguridad” que se vive en nuestro país. Desde que llegó a Montevideo ha hecho gestiones para revalidar su título universitario de Licenciada en Bibliotecología por la Universidad Central de Venezuela, lo que no ha conseguido hasta ahora. A pesar de ello, trabaja en una biblioteca de una universidad privada como “auxiliar de ventas”. Antes de dejar el país se desempeñaba como Coordinadora de Documentación y Servicios de la Fundación Vicente Emilio Sojo en Caracas. Endrina, es una de tantos profesionales venezolanos que ha migrado fuera de nuestras fronteras para encontrar la tan ansiada calidad de vida que no se halla en Venezuela.
“Si cambia la situación política, probablemente regresaría a mediano plazo, ya que habrá mucho trabajo por hacer y los profesionales deberíamos contribuir a la reconstrucción del país”. Endrina
Del hemisferio sur nos movemos al norte, en la Europa occidental. Desde Madrid, sede de nuestros hermanos BiblogTecarios en España, nuestra compañera de InfoTecarios, Cleyra Uzcátegui (Bibliotecóloga) responde a nuestro cuestionario: “La razón principal por la que me encuentro en el extranjero, es para mejorar mi calidad de vida y la de mi familia, y ampliar mis oportunidades profesionales”. Cleyra, quién en Venezuela se destacaba como Community Manager del Archivo El Nacional, tiene nueve meses en la capital española. Durante todo ese tiempo su status era de ilegal, sin embargo, recientemente le fue aprobada su residencia en el país ibérico. Cleyra, destaca que hasta ahora no ha tenido la oportunidad de ejercer la profesión de bibliotecología precisamente por su condición inmigratoria. Aun así, ha podido trabajar en la modalidad de “free lance” en el campo del Social Media, pero –resalta- con perfiles que nada tienen que ver con archivos y bibliotecas.
“Lo más difícil de trabajar en el extranjero es ejercer en ‘negro’, por falta de documentos de residencia. Es aceptar la oportunidad ‘que salga’ en cualquier área, para sobrevivir mientras logras la legalidad”. Cleyra
De Europa, saltamos el charco del Atlántico y lo hacemos hasta la Mitad del Mundo. Desde Ecuador, Mariana González (Bibliotecóloga) nos declara: “Tengo la fortuna de ejercer mi profesión desde que me fui de mi país. Me han recibido con gran apertura y valiosas oportunidades”. Mariana tiene seis años fuera de Venezuela, su estatus es de residente legal, y nos dice que decidió vivir en el extranjero por nuevas oportunidades laborales. Destaca que lo más difícil de ejercer la profesión ha sido demostrar que, como extranjeros, “no estamos robando plazas de trabajo a un profesional nacional”, sino que más bien el interés existente busca aportar y servir con la mayor disposición.
“No tengo plan de regresar a Venezuela, aunque extraño inmensamente mi país. Me he establecido y he hecho plan de vida fuera de las fronteras que me vieron nacer” Mariana
Ahora, avanzamos un poco más al Norte de nuestra América Latina, y desde Mexicali, en México, nos contesta nuestro colega y amigo, Juan Daniel Machin Mastromatteo (Bibliotecólogo, PhD LIS), y nos explica en detalle las razones personales, profesionales y académicas por las que decidió irse a otro país: “La situación del país y sus condiciones venían en grave y continuada degeneración para el momento en que me fui (2008). La más fuerte de estas condiciones en cuanto a motivarme para irme fue la inseguridad”. Dos hechos notorios tanto en lo profesional como en lo académico lo decepcionaron y lo movieron a buscar alternativas. Por una parte, no fue tomado en cuenta por la Escuela de Bibliotecología y Archivología (UCV) para ejercer como docente, y por otro lado, no fue admitido para realizar una maestría nacional. Por el contrario, sí fue aceptado para estudios de cuarto nivel con una beca completa para estudiar en el exterior. “Las razones que cito hicieron más sencilla la decisión de irme”, dice Juan Daniel.
El análisis y la descripción que él realiza a lo largo de las respuestas que da al cuestionario abierto son dignas de una lectura amplia y de profundas reflexiones. Juan Daniel lleva ocho años fuera del país, y en todo ese tiempo ha recorrido diversas latitudes, comenzando con tres años de residencia en Estonia, y muchos meses más entre Uruguay, Noruega, Italia, Suiza, Suecia, Letonia, Lituania, y actualmente en México donde trabaja como Bibliotecólogo Referencista y Maestro Asociado. El Dr. Machin, realizó sus estudios de Master en Bibliotecas Digitales y Aprendizaje (2010) en el Colegio Universitario de Oslo, en la Universidad de Tallinn y en la Universidad de Parma; mientras que el Doctorado (PhD) en Ciencias de la Información y Comunicación (2015) lo obtuvo en la Universidad de Tallinn en Estonia.
De vuelta al Sur, y en calidad de anónima, “Nina” (Bibliotecóloga) nos escribe desde Santiago de Chile: “En mi caso particular, las condiciones del país no eran de las mejores, en mi vida afectiva había decidido vivir en pareja y en Venezuela por los altos costos era imposible, por lo que, empezamos a buscar oportunidades laborales fuera y mi novio consiguió un trabajo como Ingeniero Informático”. ‘Nina’ tiene dos años y nueve meses viviendo en la capital chilena, y cuenta con visa de permanencia definitiva. No ha tenido la oportunidad de ejercer la profesión en tierra austral, pero dice sentirse muy bien dedicándose ahora al marketing. Opina que al profesional de la información se le valora muy poco y que es poco conocido en Chile, agrega que el mercado laboral en bibliotecología es pequeño y se limita al sector privado, ya que los cargos públicos están destinados solo a sus nacionales.“Sigo viviendo fuera de Venezuela después de terminar la maestría e incluso un doctorado porque no ha habido cambio en las razones citadas, sobretodo en cuanto a la situación socio-política-económica del país”. Juan Daniel
“Yo regresaría a Venezuela quizás a largo plazo, si el panorama político-social cambia. A corto o mediano plazo no pienso volver”. ‘Nina’
Damos un salto a Viña del Mar y tomamos el Pacífico para cruzar por el Canal de Panamá, y retomar por el Caribe el camino hacia el Atlántico, hasta cruzar nadando el Mediterráneo y el Adriático para llegar a Italia. Allí nos responde, nuestra amiga y colega Marilyn Pérez (Bibliotecóloga): “Mi pareja obtuvo una beca para realizar un Master en Italia, el plan original era esperar que terminase el Master, ver cómo era la situación laboral allí y luego eventualmente viajaría yo para establecernos en esa ciudad. Terminé viajando 6 meses luego con mi vida entera metida en dos maletas”. Marilyn tiene cuatro años viviendo en Turín, es residente legal gracias a la condición de doble nacionalidad de su esposo, así que ambos cuentan con el beneficio migratorio. Ella nos cuenta que el primer año y medio fue como de “tiempo muerto”, entre el papeleo, la adaptación y el idioma. Sin embargo, a partir del 2014 comenzó a trabajar en un proyecto de digitalización y búsqueda de información del repertorio biográfico de una biblioteca pública, al menos por unos 6 meses. Dice que por motivos personales regresaría a Venezuela, pero no cree que sea en el corto plazo.
“Aunque vivo en un país que me ofrece una vida más tranquila y segura, el hecho de no ejercer mi profesión es algo que me hace sentir incompleta, porque ser bibliotecóloga es una palabra que me define”. Marilyn
Luego nos devolvemos por la misma ruta, sólo que en el Caribe nos desviamos hacia Cartagena y así entramos a nuestra hermana República de Colombia. Desde Bogotá (o cualquier otro territorio cercano que se imaginen en la región), la amiga y colega Kristal Aguilar (Bibliotecóloga) se expresa: “Mi pareja trabaja en una empresa transnacional de tecnología y dependiendo del proyecto lo envían a un país distinto. Hasta los momentos no he tenido la oportunidad de ejercer mi profesión por los constantes cambios de residencia”. Kristal lleva un año en el extranjero, en Colombia posee visa conyugal y en los demás países a los que le ha tocado acompañar a su esposo el estatus legal varía dependiendo de la jurisdicción. Señala que lo que ha investigado en Colombia acerca del ejercicio profesional de la bibliotecología, es que en el caso de los extranjeros se torna obligatorio para la mayoría de las ofertas laborales tener una actualización formativa en entidades reconocidas por el Estado. Destaca que no es una prioridad dar ingreso en las ofertas laborales a los extranjeros, es poco común.
Profundizamos nuestro recorrido nuevamente hacia el Sur, y “Chiela” (Bibliotecóloga) nos responde en anónimo desde Montevideo: “Tengo la nacionalidad uruguaya, por haber nacido en Uruguay, así como la venezolana y la italiana”. ‘Chiela’ lleva cinco años viviendo de nuevo en su país natal, nos dice que los problemas políticos, sociales y económicos en Venezuela la hicieron buscar hacia dónde emigrar. Nos cuenta que se le ha hecho difícil ejercer nuevamente la profesión, que ha intentado hasta de trabajar gratis (voluntaria). Pero le ha sido imposible. Relata que existe una disposición que señala que solo pueden tener trabajo en el Estado, profesionales egresados de una única universidad. Observa con preocupación la limitante de su edad, y que de esta manera se dificulta todo aún más para conseguir cualquier tipo de trabajo.“No tenemos contemplado regresar a nuestro país en el corto plazo. ¿Las razones? Lamentablemente, por la no existencia de calidad de vida” Kristal
“Regresaría si fuera posible volver a trabajar, mi vida era mi trabajo. Pero también deberían cambiar las condiciones actuales y generarse una necesidad general de recuperar el país”. ‘Chiela’
Y nuevamente desde el Sur retornamos al Norte, esta vez con dirección al extremo oeste de los Estados Unidos. Desde la bella ciudad de Seattle nos contesta muy amablemente nuestra amiga y colega Ailé Filippi (Bibliotecóloga): “Mi esposo y yo tuvimos una oportunidad laboral donde podíamos hacer más impacto en nuestras áreas profesionales y decidimos lanzarnos a la aventura”. Llevan ocho años viviendo en el extranjero, entre Ecuador y Norteamérica. Nos cuenta que ha trabajado como voluntaria en la red de bibliotecas de su Condado, pero que no ha podido ejercer profesionalmente pues hasta ahora no hay una universidad que reconozca su título y pensum de estudios. Cuando le preguntamos si regresaría a Venezuela en cualquier plazo estimado, es categórica: No, la situación política en Venezuela no es la adecuada para su hija.
“Venezuela es el país de lo posible”. Ailé
El libro “Diáspora del talento. Migración y educación en Venezuela” (2014), con los especialistas Rubén Darío Peralta, Cristina Lares Vollmer y Francisco Kerdel Vegas como editores, es una gran contribución para el conocimiento acerca de la situación actual de nuestro inédito fenómeno migratorio y el estado actual de la calidad de la educación en nuestro país. Vale la pena rescatar algunos aportes y cifras presentes en este trabajo.
Por ejemplo, Magaly Sánchez-R y Douglas S. Massey de la Universidad de Princeton, en el artículo «Migración de talento y profesionales cualificados: El caso reciente de inmigrantes venezolanos a EE.UU.»; muestran los resultados preliminares de una etnoencuesta aplicada a la población venezolana en diferentes lugares de los Estados Unidos, Canadá y España, un total de 70 entrevistas que dan fe de la tendencia migratoria venezolana cualificada y talentosa que salido del país en los últimos 14 años. Se estima que el número de venezolanos que recibió la ciudadanía norteamericana pasó de 300 personas en 1984 a una 7400 en el 2012. Del mismo modo, el número de trabajadores legales temporales pasó de 2600 entradas en 1985 a unas 26000 en el año 2012. Mientras que el flujo de migrantes venezolanos legales no permanentes tuvo un salto de 200mil personas en 1984 a más de 700mil en el 2012 (pp. 36-38).
“Si bien es cierto que el individuo con altos niveles de capital humano posee una enorme capacidad de movilidad, en el caso de la reciente emigración venezolana queda lamentablemente demostrado que factores como inseguridad y violencia criminal y política juegan también roles significativos”. Sánchez-R. y Massey (pp. 51-52)
Por otro lado, el investigador Iván de la Vega de la Universidad Simón Bolívar, en su artículo «Tráfico pesado de venezolanos cualificados hacia múltiples destinos»; presenta el largo proceso que construyó los patrones migratorios en Venezuela, desde la perspectiva de las entradas y salidas de personas a través de las fronteras venezolanas. De La Vega señala que pueden definirse dos etapas claramente delimitadas: La primera fue inmigratoria y las estadísticas muestran que se enmarcó entre los años 1936 y 1983 («Viernes negro«). Y que partir de ese largo período se inició la emigración de forma lenta pero sostenida y a partir de los primeros años del siglo XXI aumentó de forma cuasi-exponencial, presentando números alarmantes, no solo por el factor cuantitativo, sino por el cualitativo (p. 57).
«Los estudios realizados y publicados en distintos formatos, tales como libros, capítulos de libro, artículos arbitrados y trabajos de grado, procedentes de la línea de investigación sobre movilidad, migración y diásporas intelectuales que se ha venido desarrollando ininterrumpidamente desde el año 1996, ayuda a estimar que la emigración de venezolanos para el año 2013 ya supera la 1.200.000 personas, diseminadas en por lo menos 65 países, lo cual equivale a un 4,28% de la población; esa contabilidad incluye a menores de 18 años y todavía faltaría agregar a venezolanos en otros países». (De La Vega, p. 84)
Se estima que para el año 2013 la población de venezolanos en el exterior va rumbo a las 2 millones de personas. Más de 400mil en toda América, más de 500mil criollos en Europa, algo más de 12mil en Oceanía y más de 3500 en Asia (p. 83). Y contando…
Hemos querido presentar en este Día Nacional del Bibliotecólogo y Archivólogo nuestra enorme preocupación acerca de nuestro fenómeno migratorio, ese que ya no se trata de la «Fuga de cerebros» sino de la «Fuga intelectual» de buena parte de nuestra población joven. Hemos querido mostrar desde nuestra pequeña ventana el sentimiento de nuestros colegas profesionales y sus experiencias migratorias, esa que refleja que las bibliotecas y los archivos tienen también su couta en la diáspora del conocimiento.
MENSAJE A LOS COLEGAS EN SU DÍA…
“Sigan trabajando con buen ánimo, dando lo mejor de sí, viéndose a sí mismos como las fuertes bases que sostienen a un país tambaleante, en algún momento el temblor pasará y habrá que reconstruir lo derruido, y gracias a esas fuertes bases el trabajo posterior será menos arduo”. Endrina
“No hay mejor motivación para un profesional de la información que conocer otras bibliotecas o archivos del mundo”. Cleyra
“Somos gestores de información y recuerden que la información siempre es poder. Somos poderosos y debemos estar seguro de ello para poder llevar a cabo nuestra labor orgullosos, con ética profesional y sobre todo con pasión”. Mariana
“Agradecerles por seguir allí a pesar de las adversidades, trabajando como bibliotecólogos/archivólogos solemos trabajar: a veces con las uñas. Deseando con ellos que pronto podamos dar un salto cualitativo y seguir avanzando todo lo que nos falta”. Juan Daniel
“Muchos deben estar pensando quizás en irse, pero deben ver bien el país al cual quieren emigrar para ejercer como profesionales de calidad y que se valore su profesión. A los que se queden, que piensen siempre que el camino correcto no es el de la queja sino el de la acción, pensar… ¿cómo puedo ayudar a mi comunidad, desde este centro en el cual trabajo? Recordando siempre que una gran sonrisa y un excelente servicio es lo que la gente espera cuando acude a nosotros”. ‘Nina’
“Ser bibliotecario es una profesión que te ofrece retos constantes ya que tienes el desafío de adaptarte al mundo cambiante, de buscar siempre la manera más ingeniosa para involucrar a tus posibles usuarios, de satisfacer lo mejor posible sus necesidades de información, tener el desafío de acercar a los jóvenes a la lectura es a mi punto de vista la parte más gratificante, lograr que un adolescente se interese por un libro y que luego de cierto tiempo regrese a pedirte la segunda parte de esa saga, o algo más ligero de leer, o algo más intrigante, es la señal de que lo estás haciendo bien… ¡Así que no se rindan! No dejen de intentarlo nunca, y disfruten de una de las profesiones más bellas que hay”. Marilyn
“Somos los profesionales del futuro, así nos describen en muchos países, y hoy, somos unos profesionales en constante cambio, que nos adaptamos a la nueva era tecnológica, somos profesionales en continuo aprendizaje, somos profesionales vitales y necesarios en cada lugar de un organismo público, en una organización nacional o internacional, en una empresa privada, en un museo, en un hospital, en un colegio, en una universidad, en un parque, en un barrio o en una ciudad; somos importantes, siempre lo hemos sido, y ahora con más fundamento porque nos hemos convertido en pilar fundamental para esta sociedad que genera, comparte y hace uso de la información. Somos pacientes, amamos servir, nos encanta resolver e investigar, nos complace que la persona que acude a nosotros con una interrogante se vaya con una respuesta oportuna y satisfactoria. ¿Quiénes somos? Somos bibliotecólogos/archivólogos/documentalistas al servicio de la sociedad, construyendo un mejor país y un mejor mundo para vivir. ¡Felicidades colegas!” Kristal
“Que sepan el valor que tenemos como profesionales de la información venezolanos. Que se capaciten, se actualicen, que quieran la profesión. Valor, no solamente de lo que valen, sino en continuar en una situación tan difícil. Que recuerden que un día 27 de julio, los primeros egresados de la Escuela de Bibliotecología (UCV) marcaron un hito, que hay que superar día a día, que tengan también los valores necesarios no solo para ejercer, sino para ser mejores personas”. ‘Chiela’
“Venezuela es el país de lo posible”. Ailé
Por último me gustaría despedir este texto con un poco de música, cortesía de la genialidad de nuestro «Desorden Público«:
Quito, Ecuador
Referencia:
Diáspora del talento. Migración y educación en Venezuela (2014). Rubén Darío Peralta, Cristina Lares Vollmer y Francisco Kerdel Vegas (editores). Fundación Centro de Estudios de las Américas y del Caribe (FUNDACELAC) y la Fundación Talento Venezolano en el Exterior (TALVEN), Valencia, Venezuela.
Mi caso es muy diferente al de mis colegas, ya que gracias a Dios he conseguido mantener una relacion a nivel de consultorías con organizaciones en el Ecuador que me obligan a ir y venir a este hermoso pais. Dejaría Vzla?. Depende de la situacion que se presente en el entorno politico del pais, sin embargo ya la problematica económica me hace pensar dia tras día en dejar lo que he construido por 21 años laborando en la UCV. No es facil agarrar maletas y dejar atras el sueño que una vez comenzastes a construir al pensar que serias un jubilado de una universidad. Hace unos años era un privilegio. un premio a la constancia y trabajo, hoy simplemente y en especies no vale nada lo trabajado por 25 años. Agradezco a las personas que me han apoyado en este emprendimiento el cual me ha servido para aprender muchisimo y ojala, eso espero, pueda volcar lo aprendido en mi pais, y en mi UCV.
Interesante análisis Renny te felicito, tuve la oportunidad de ir al bautizo del libro. Excelentes ponentes, muy bién que lo hayas llevado al campo de la bibliotecología y la ciencia de la información. A mi parecer el capítulo de Peralta se puede llevar a la perfección a nuestra área y más por la entrevsita que le hiciste a machín, siempre el venezolano que esta en el exterior va ayudar asi sea en la distancia. Por eso es bueno y te reitero mis felicitaciones por este artículo….