DIALÉCTICA DEL CONOCIMIENTO.

Fuente: Anchor anchor.fm

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La dialéctica, desde Hegel (1993), “Constituye la naturaleza y estructura de lo real, y por ello el modo de proceder del conocimiento”.

La pertinencia del conocimiento se encuentra precedente en la mente, permitió a Platón explicar la variedad del conocimiento intelectual de los individuos, donde él consideraba que cada uno de nosotros tenemos una mezcla de cualidades que nos diferencian.

De esta manera, la estructura y esencia de la dialéctica es imbricada en la postura conservadora-tradicional de Platón (Boyd, 1962) y Aristóteles (Howie, 1968), donde la autoridad del maestro consiste en impartir a sus alumnos el conjunto requerido de las asignaturas, donde no le prestan atención a las diferencias individuales o a los intereses de las personas.

Su postulado estaba centrado en que “La educación queda separada de la vida exterior y lo primordial es prepararlos para el futuro, el enriquecimiento del conocimiento que deben adquirir y deben omitir son las nociones del desarrollo de las potencialidades y autorrealización” (Winn & Jacks, 1967).

En esta postura conservadora, ellos consideraban que el conocimiento utilitario práctico, se consideraba apropiado, para aquel sector con escasos o ningún recurso, quienes recibirían un mínimo de educación, pues el plan formativo completo, sólo está disponible para los intelectualmente dotados.

 La tradición filosófica griega de Platón, consideraba que “El universo posee un principio de equilibrio o armonía que mantiene la continuidad frente al cambio y la diversidad, alegando que los fenómenos se hallan en un proceso constante de mutación, son individuales, atemporales y absolutos” (Lodge, 1947).

Este momento abstracto e intelectual, que solía interpretar como una afirmación, una realidad, un concepto; lleva en su esencia una paradoja, que la realidad formativa no es estática, sino dinámica.

La dialéctica del conocimiento, es vital en la razón humana porque reproduce en el pensamiento, el análisis que le da forma a una realidad de una manera objetiva, por lo tanto, no se basa en falsedades, ni falacias, sino en el contexto mismo y en el reconocimiento de la dinámica, el movimiento permanente e intercambio de experiencias.

Los prototipos de cada individuo, están contemplados en mantener un equilibrio, propuesto por Sócrates, quién indicaba que “La enseñanza es en realidad la práctica de la tocología psíquica” (Nettleship, 1935); donde la postura del maestro es conductista, en formular las preguntas, estimular a los alumnos, para que ordenen sus ideas de tal manera, que logren producir un resultado pertinente.

En los albores del siglo XVIII, las ideas de Rosseau (Boyd, 1911) y Dewey (Skilberck, 1970), es el modelo liberal y progresista para la difuminación de la enseñanza-aprendizaje, donde los intereses y necesidades de quienes desean obtener un conocimiento práctico e instrumental; el papel del educador es fomentar el desarrollo de las potencialidades individuales, no en imponer un patrón preconcebido, deben ser guías más que una figura autoritaria Napoleónica.

En colación a este período de introducción, correspondiente a la infancia, apenas el conocimiento comienza a crecer paulatinamente, sería una etapa crucial en el presente inmediato, para consolidar las bases del futuro de un producto que estará fuertemente influenciado por lo que ocurra.

En la etapa de crecimiento, madurez y, declinación, es habitual en las personas hoy en día, buscan el crecimiento y las oportunidades de desarrollo, no todos se plantean la promoción y continuidad de los estudios como un objetivo primordial, esto no significa que estén equivocados, como en todo proceso existe la diversidad y, esto es normal.

Algunos prefieren permanecer donde están, quizás les gusta su trabajo, su situación geográfica, recibir bonos, tomar conciencia de que no todo el mundo tiene las mismas ambiciones profesionales, lo que conlleva a tener algunas implicaciones para la gestión del conocimiento.

Por lo tanto, deberíamos preguntar: ¿Que una persona quiera permanecer en su puesto no significa que no tenga ambición? ¿Cuáles son las ambiciones profesionales de las personas? ¿Permanecer en un puesto de trabajo, significa estar estancado? ¿Las oportunidades de desarrollo y aprendizaje pueden ser importantes también para los trabajadores que quieren permanecer en su puesto? ¿Pueden ampliar su papel estático y dejar su estado de supuesto confort para contribuir de otras maneras? ¿Pueden asumir el papel de liderar una iniciativa de emprendimiento? ¿Cuál es el conocimiento más valioso? ¿Es valiosa la educación por sí misma o es sólo un medio para un fin ulterior? ¿Cuál es el rol de los académicos? ¿Tiene sentido en la educación el término Libertad? ¿Acaso las personas deben adquirir valores morales en su formación académica o en el hogar? ¿Qué papel desempeña el estado en la educación? ¿La educación debe desarrollar al individuo o a los miembros de una sociedad? ¿Es necesariamente superior la educación que se imparte en una democracia o en una sociedad totalitaria? ¿El estado tiene derecho a sustentar las censuras y adoctrinamientos en la educación?.

Jhon Dewey, rechazó todo el dualismo fenomenológico de la mente e insistió que la educación es “La solución inteligente de los problemas actuales, en un ambiente práctico y no por método del pensamiento científico no reflexivo” (Bantock, 1963).

Por lo anteriormente expuesto, desde la perspectiva fenomenológica, es esencial para la concepción del paradigma científico cualitativo, la forma como se aprende, la esencia de la enseñanza, la interpretación obtenida de las personas como producto del modo en que definen su entorno.

Nuestro medio ambiente, está conformado de innumerables variables físicas y etéreas, que poseen una arquitectura, un plan deliberado, como las venas de las hojas, la imbricación de los pétalos de una flor, la transmisión racional, intencional, de la experiencia y el pensamiento a los demás, donde requerimos de un sistema mediatizador, el prototipo del lenguaje humano hecho de la necesidad de intercomunicación diaria.

La dialéctica del conocimiento,  es fehaciente para influir en el comportamiento de las personas, a través de las experiencias y sentimientos que se construyen, con dinamismo, incentivando el compromiso y la fidelidad de las personas, para dar continuidad a una funcionalidad social, flexibilizando el pensamiento crítico y las habilidades para solucionar problemas, en un entorno vivencial con interacciones complejas, de contextos, objetos, metas, reglas, condiciones y muchos retos.

Fernando Antonio Salas Granado.

Bibliografía.

Bantock, G. (1963). Dewey on education. Londres: Education in an Industrial Society.

Boyd, W. (1911). The educational theory of Jean-Jacques Rousseau. Londres: Longmans Green.

Boyd, W. (1962). Plato’s Republic for today. Londres: Heinemann.

Hegel, F. (1993). Fundamentos de filosofía del derecho. Madrid: Libertarias.

Howie, G. (1968). Aristóteles. Londres: Macmillan.

Lodge, R. (1947). Plato’s Theory of education. Londres: Kegan Paul.

Nettleship, R. (1935). The theory o education in Plato’s Republic. Londres: Oxford University Press.

Skilberck. (1970). Dewey. Londres: Collier-Macmillan.

Winn, C., & Jacks, M. (1967). Aristóteles. Londres: The Library of Education Thought.

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