La eminente evolución de las bibliotecas mexicanas es hoy una realidad, y el desarrollo de las habilidades informativas va de la mano con ella, desde la década pasada se han creado directrices para el aprendizaje permanente en los diversos centros bibliográficos, la nuevas tecnologías siguen en aumento y aunque la era del libro digital no ha superado al libro impreso cada día contamos con un mayor número de recursos electrónicos, bases de datos y meta buscadores que hacen de nuestra investigación una labor más sencilla.
El camino que se ha recorrido en materia del desarrollo humano en cuanto al personal bibliotecario cada vez es más demandante, las necesidades de los jóvenes usuarios de las bibliotecas nos obliga estar a la vanguardia, adaptarnos a sus métodos simplificados de investigación y consulta a través de las herramientas que el internet y sus derivados pueden ofrecer.
El desarrollo de habilidades informativas (DHI) tiene un alto impacto en el desempeño del bibliotecario. Un bibliotecario que tiene competencias informativas cuenta con las bases suficientes para poder involucrarse activamente en los proceso de asimilación, creación y transmisión del conocimiento, elementos que le permiten crecer intelectualmente y tener éxito en su desempeño al frente de la biblioteca. En consecuencia un ciudadano con competencias informativas, de igual forma, tiene mayores posibilidades de colaborar en la construcción de un país intelectualmente más capaz, los ciudadanos alfabetizados en cualquiera de sus modalidades llegan a ser capaces de reconocer sus necesidades de información; con el paso del tiempo adquieren el conocimiento y las habilidades para descubrir dónde buscar y la manera de encontrar la información requerida, encontrando así el confort que les llega a brindar el contar con las herramientas necesarias para encontrar, modificar y asimilar esa información en otro trabajo.
Un usuario instruido de esta forma se convierte en constante lector y consumidor de información artística cultural, pensador crítico y creativo, suelen ser aprendices motivados, investigadores organizados y satisfechos con los recursos que su biblioteca les puede brindar convirtiéndose en excelentes promotores de la biblioteca y sus servicios.
El bibliotecario hoy en día debe ser una especie de metabuscador combinado con una especie de chaman en el cual los usuarios logren satisfacer sus necesidades y puedan encontrarla en fuentes fidedignas, orientar a nuestro usuario, direccionarlo a la veracidad y confiabilidad de los recursos en línea, hoy debemos posicionar a la biblioteca al interior de nuestro usuario, en su mente, su inconsciente un valor que aporte un servicio superior, un extra en la calidad de nuestro servicio, un plus que no diferencie de nuestros competidores, es vital que la biblioteca se reposicione ante los ojos de la comunidad, por razones lógicas y de tecnología hemos perdido relevancia donde influye tanto el ámbito social como el económico.
Labor titánica es admitir que tenemos que mejorar, buscar la metamorfosis y convertirnos en un solo esfuerzo buscando un especial reposicionamiento y estrechar el sentido de pertenencia en el usuario generando con ello un distintivo bibliotecario.
En todo momento debemos renovar constantemente, atrás quedaron los tiempos cuando la inversión de cuantiosas cantidades de dinero en enciclopedias, y libros eternos se fusionaban con los servicios de fotocopiado el cual cubría las entonces necesidades de la mayoría de nuestros usuarios y nosotros mismos, ya que estos nos hacían imprescindibles para la sociedad, hoy nos comparan con Google, Wikipedia, Facebook, y otros demás recursos electrónicos que nos reduce a una potencia de la información en decadencia, sin contar el daño que nos hace la falta de vinculación escuela-biblioteca y el ser tan rígidos en nuestras normas, las que están para cumplirse, claro, pero siempre se puede buscar flexibilidad en su interpretación si como justificante encontramos la mejora en la calidad en el servicio.
Las bibliotecas evolucionan, y con ello debemos evolucionar los bibliotecarios, las bibliotecas no morirán en tanto los que en ellas laboramos podamos detectar las necesidades y adelantarnos a los tiempos prever los cambios y adaptarnos a ellos, y sin duda para poder hacerlo debemos estar vinculados al desarrollo de habilidades informativas tal como lo menciona el Dr. Jesús Lau, hoy por hoy uno de los más destacados bibliotecarios mexicanos, quien ha contribuido a nivel internacional en la alfabetización de la IFLA:
“Los centros de trabajo en los que la información juega un papel central son ya una realidad. Las Instituciones de Educación Superior buscan, de manera creciente, formar profesionales autónomos, capaces de aprender por sí mismos. Los cursos en línea aumentan en número y diversidad, tal es el caso de la oferta del Consorcio Clavijero y la Universidad Veracruzana. En cuanto a la educación básica y media básica, las autoridades enfocan sus esfuerzos hacia la reforma educativa, y el cambio se orienta atinadamente hacia el modelo pedagógico constructivista, el cual se basa en el uso de la información, situando con ello a la biblioteca en un lugar central dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. En los próximos años, los bibliotecarios y los docentes tienen el reto de concientizar cada vez más a las autoridades y a los usuarios sobre el desarrollo de las habilidades informativas.” -Jesús Lau Presidente de la Sección de Alfabetización Informativa de IFLA (La Haya, Países Bajos) Presidente Electo – Asociación Mexicana de Bibliotecarios, AC-
En conclusión el bibliotecario está obligado a ser un ente constante en proceso evolutivo, con la capacidad de nutrir y satisfacer a su comunidad en las necesidades informativas necesarias y en todas sus versiones, de ahí la importancia de su constante capacitación la cual debemos promover desde todas las instancias educativas nacionales e internacionales.
Antonio Espinosa Rivas
*Jefe de la Oficina de Biblioteca, Universidad Autónoma de Baja California.
Diplomado en Gestión de Bibliotecas por la Univesidad Humberto Hurtado de Chile, ex-Coordinador Estatal de la Red Nacional de Bibliotecas en Baja California, miembro de la Fundación Rivas Mercado, e investigador por el AGN en México