Un gestor de referencias bibliográficas es una aplicación informática de base de datos que permite buscar y organizar de forma ordenada las fuentes de información en cualquier área (esto es, materiales escritos impresos o digitales, o registros audiovisuales) (Muldrow & Yoder, 2009, p. 168), y exportarlas a manera de listas de referencias y citaciones.
¿Cómo elegir un buen GBI?
Dada la gran cantidad de gestores pagos y gratuitos existentes en la actualidad, puede resultar difícil elegir el que mejor se ajuste a las diferentes necesidades. Al respecto, Cordón García et al. (2010) proponen una serie de criterios a tener en cuenta para escoger un gestor:
- Compatibilidad con las bases de datos comerciales más importantes.
- Capacidad para organizar y procesar las referencias bibliográficas obtenidas.
- Capacidad para gestionar referencias en los formatos más utilizados (e. g. APA, Vancouver)
- Posibilidad de integración con los procesadores de texto más conocidos.
- Versatilidad
- Capacidad de integrar documentos a texto completo y recursos compartidos. (p. 325).
Orígenes y consolidación de los GBI
Los primeros gestores bibliográficos, creados como aplicaciones aisladas que se instalaban en los computadores de los usuarios, surgieron a principios de la década de 1980 para atender la necesidad de los investigadores de contar con una base de datos personal de colecciones de documentos impresos. ProCite y Reference Manager, lanzados en 1983 y 1984, fueron los primeros gestores de venta comercial. El segundo, por su parte, nació como una aplicación con un fuerte énfasis en el trabajo en red (una base de datos alimentada por múltiples usuarios). En la década de 1990, el hecho de que se extendiera el acceso a bases de datos bibliográficas desde internet hizo que los objetivos y necesidades a satisfacer fuesen distintos: “¿para qué crear una colección de referencias personal, si Pubmed está disponible para ser consultada desde el navegador?” (Norman, 2008; traducción y adaptación propias). Este hecho, sumado a la comercialización masiva de procesadores de texto como Microsoft Word, causó modificaciones en el funcionamiento de los gestores; se les incorporó la capacidad de integrarse con dichos programas para agilizar las labores de citación. Reference Manager y EndNote, gestores desarrollados por la misma compañía (Thomson Reuters), adquirieron popularidad gracias a este hecho. Entrada la década del 2000, la masificación de internet y el advenimiento de la Web 2.0 propiciaron la aparición de nuevos gestores, tanto comerciales como gratuitos, que aprovechan estas tecnologías para nuevos gestores varios de ellos gratuitos que aprovecharon las ventajas de la red para ofrecer servicios nuevos, tales como compartir las bases de datos con otros usuarios, capturar fuentes directamente desde las ventanas de navegadores e insertar metadatos en las referencias (Muldrow & Yoder, 2009, p. 168). Numerosas aplicaciones como Zotero y Mendeley, sustentadas en sus funcionalidades sociales, ganaron un espacio que se hizo cada vez mayor. Los gestores más antiguos, por su parte, debieron adaptarse a estos cambios; mientras que algunos desaparecieron de forma paulatina (como Reference Manager, que salió del mercado en 2015), otros optaron por integrarse a la web mediante funcionalidades o aplicaciones nuevas tal es el caso de Endnote Web (hoy llamado Endnote Basic) y Refworks, situación que continúa hasta hoy.
Cronología
1983: aparición de ProCite.
1984: aparición de Reference Manager.
1988: aparición de EndNote.
1991: surgimiento de la web.
2001: aparición de Refworks.
2005: primera mención del término ‘Web 2.0’.
2006: aparición de Zotero.
2008: aparición de Mendeley.
¿Quiénes son usuarios de los GBI?
El uso de gestores bibliográficos puede beneficiar a personas con perfiles y necesidades diversas, más allá de solo aquellas que emprenden proyectos de investigación.
Investigadores…
- Gestionar las fuentes que utilizarán como soporte para el desarrollo de sus proyectos individuales o colectivos.
- Componer las citaciones y las listas de referencias de sus escritos de forma ágil y eficiente.
- Cumplir con facilidad los requisitos de publicación de las revistas en lo que respecta a estilos de citación.
Profesores universitarios…
- Organizar la bibliografía que emplearán en sus cursos.
- Crear listas de referencias que puedan nutrirse con los aportes de sus estudiantes.
Estudiantes universitarios…
- Crear colecciones de referencias con base en sus intereses académicos.
- Citar de forma adecuada las fuentes que utilicen en sus trabajos escritos.
Bibliotecas…
- Establecer servicios de información respecto de la disponibilidad de recursos bibliográficos específicos (mediante la creación de colecciones propias en los gestores).
- Educar a sus usuarios respecto de la citación y referenciación de fuentes en trabajos escritos.
GBI y su uso en Bibliotecas
Aunque quizás es menos conocido como un profesional de la información puede apoyar generar servicios con las herramientas de gestión de referencias (Alonso-Arévalo 2015). Desde el punto de vista profesional, los gestores de referencias son de gran interés para bibliotecarios y documentalistas por la facilidad que ofrecen para compilar datos de diferentes fuentes de información y distintos tipos de documentos, organizar la colección, personalizar formatos de salida y proporcionar servicios de información, tales como:
- Información bibliográfica
- Referencia en línea
- Difusión Selectiva de Información (DSI)
- Monográficos
- Biblioteca Digital
También por ser una herramienta válida para:
- La evaluación de recursos
- Apoyo a las actividades de formación en información (alfabetización
digital) - Elaboración de estudios bibliométricos
1.- Servicio de Referencia: Disponer de una base de datos que integre los metadatos de los diversos recursos de información, sea cual sea el origen, formato o propiedad, va a ser el punto de partida para crear un servicio de referencia eficaz y eficiente que garantice que cualquier persona que solicite información sobre cualquier tema pueda disponer de ella en apenas unos minutos.
2.-Servicios de alerta: Esto se lo puede hacer creando un servicio de alerta de artículos de revista, por medio de correo electrónico, así como a través de otros canales de comunicación como puede ser grupos focalizados en torno a temas de interés determinado en redes sociales como facebook y Twitter.
2.1.- Servicio de Diseminación Selectiva de la Información (DSI): Es un servicio personalizado, a medida del propio usuario, que se ajusta a un perfil determinado y que se suele proporcionar a los usuarios con necesidades de información muy especializadas.
3.- Biblioteca digital: Crear una biblioteca digital o portal de información electrónica a partir de la información almacenada en un gestor de referencias no es complicado, ya que se dispone de información, de las referencias, los hiperenlaces a texto completo, y la posibilidad de generar páginas HTML desde el propio gestor de referencias.
4.- Gestión y análisis de colecciones: Otra tarea que se puede desarrollar con un gestor de referencias es la de evaluar colecciones; tarea imprescindible para conocer que parte del sistema de información necesita ser reforzado, cuáles son las materias menos representadas, en que aspectos se debe trabajar, y de esta manera gestionar el sistema de adquisiciones con más eficacia y eficiencia.
5.- Estudios bibliométricos: Es frecuente la utilización de gestores de referencias para la realización de estudios bibliométricos. Su manejo resulta, por ejemplo, esencial para conocer la producción científica de un país, una región, una provincia; para disponer de una manera unificada los datos procedentes de distintas fuentes, hacer análisis comparativos, para ver los niveles de solapamiento de las bases de datos, cruzar datos para obtener series temporales, conocer disciplinas emergentes, autores o entidades más prolíficas.
6.- Actividades de alfabetización digital: Los gestores de referencias ofrecen al bibliotecario una herramienta fundamental y necesaria en la formación de información. No podemos enseñar Microbiología a un experto, pero sí podemos ofrecer ayuda en el manejo y explotación de recursos y fuentes de información y, por supuesto, facilitar al especialista las tareas de inserción y formateo de bibliografía en sus trabajos de investigación con el uso de gestores de referencias.
Bibliografía:
- ALONSO-ARÉVALO, J; J. A. CORDÓN-GARCÍA AND H. MARTÍN-RODERO La gestión de referencia en el desarrollo de servicios bibliotecarios. Mi Biblioteca, 2010, (20), 78-87
Videos de referencia sobre GBI
https://www.youtube.com/watch?v=6lb8b_QG6v8