Esta entrada hace parte de la sección Firmas Invitadas. Hoy nos acompaña Iván Triana de BiblioSEO.
Hace seis años cuando cursaba los últimos semestres de la carrera, o mejor desde el primer día de clase, he escuchado que las bibliotecas deben reinventarse, complementarse o adaptarse si quieren seguir vigentes en la sociedad actual. Noticias como cierres, recortes de presupuesto y falta de personal idóneo para la gestión de las Bibliotecas, eran el tema transversal en cada clase, sin mencionar que los temas principales de eventos, conversatorios, encuentros y seminarios giraban o giran entorno hacia el rol del profesional de la información, el papel de las bibliotecas en la era digital, entre otros.
Debo confesar que no llegué a la profesión porque fuera mi sueño. Lo hice por la promesa de encontrar estabilidad y proyección laboral pero al escuchar los temas de debate, me hacían pensar que había tomado una mala dedición. ¿Para qué ser bibliotecólogo si todo apunta a que las bibliotecas van a desaparecer?
Mi mayor experiencia laboral, al principio de mi profesión, estuvo relacionada con la Gestión Documental y aún desconocía el trabajo en una Biblioteca. Tenía la curiosidad y necesidad de hacerlo pero quería que fuera diferente para tener la posibilidad de hacer cosas nuevas. Así decidí, junto con Andrea Barón, otra colega, crear la Biblioteca de la Creatividad en Quiba Guabal, una vereda de Ciudad Bolívar al sur de Bogotá. Mi propósito era experimentar lo que implicaba trabajar en una biblioteca, diseñar sus servicios y motivar la comunidad a usarla.
El público objetivo que nos llamó la atención impactar fue la población infantil de la zona. Buscábamos que los niños de la comunidad se acercarán a la biblioteca y la utilizarán para hacer sus tareas y para leer. Sin embargo, el resultado no fue el esperado. Los niños relacionaban la biblioteca con un lugar aburrido y la lectura como un castigo. Nuestra biblioteca existía pero solo como un cuarto para guardar libros.
Haber tenido la oportunidad de trabajar en gestión documental, me permitió conocer la estructura y procesos de una empresa. Me despertó el interés por la administración y la gerencia como un mecanismo para rediseñar la gestión en nuestra biblioteca. Después de haber leído varios libros de administración, liderazgo, emprendimiento y gerencia como Empresas que perduran y La Estrategia del Océano Azul, identificamos la necesidad de administrar las bibliotecas con la visión de empresa de forma transversal, desde la parte administrativa hasta el diseño y desarrollo de sus servicios.
Con esta visión y después de entender en profundidad la realidad de la comunidad donde estaba nuestra Biblioteca, descubrimos una gran oportunidad. Por un lado, identificamos un problema social bastante notorio en la comunidad, como lo es la dependencia al asistencialismo, donde las personas se acostumbran a satisfacer sus necesidades básicas gracias a un tercero, haciendo de la pobreza un negocio rentable que aumenta los círculos de pobreza. Y por otro lado, reconocimos el valor del emprendimiento y el liderazgo como medio para solucionar este problema. Al idear como sería nuestra biblioteca aplicando las buenas prácticas empresariales, definimos una propuesta de valor enfocada a empoderar a niñas y niños de la comunidad como líderes sociales y emprendedores. Nuestra apuesta se enfoca a demostrar que las bibliotecas son el mejor lugar para emprender. La biblioteca vista como huerta de ideas.
Esto nos llevó a reinventar la forma de gestión, de tal manera que nuestros usuarios, los niños, se interesarán por la lectura de una manera que vieran en su contenido la forma de aplicarlo en su comunidad. Queremos llevar la biblioteca al próximo nivel, dejar de ser un custodio del conocimiento para ser el lugar donde se vive el conocimiento.
Diseñamos un modelo para promover el emprendimiento desde la biblioteca. De forma resumida, la biblioteca se convierte en un espacio para la identificación y análisis de problemas comunitarios, descubrir los talentos, habilidades y sueños de los usuarios, mezclar estas dos variables para crear proyectos de solución a dichos problemas, y conectar dichos proyectos con oportunidades.
Como resultado de esta propuesta, hemos tenido diferentes resultados. Por ejemplo, de 9 becas de Disney Amigos por el Mundo destinadas para Colombia, 3 fueron de proyectos planteados por nuestros niños en la biblioteca. Lo cual ha demostrado que la mejor forma para romper los círculos de pobreza es a través del emprendimiento y el liderazgo, habilidades que se desarrollan desde el espacio de la biblioteca.
Estos son algunos de los proyectos planteados:
Songrisas: un proyecto orientado a llevar felicidad a través de la música. Es liderado por dos emprendedoras que ponen su talento al servicio de la comunidad.
YoDecido: ideado para garantizar que los niños y jóvenes de Quiba vivan su sexualidad con responsabilidad. Es una iniciativa orientada a disminuir los embarazos no deseados y a temprana edad.
LoveSport: busca promover el amor por el deporte en los niños como mecanismo para aprovechar sus talentos y el tiempo libre en actividades que beneficien a su entorno.
Ahora tenemos la gran posibilidad de ser el mejor emprendimiento social en Educación del país. Somos finalistas con nuestro modelo de Biblioteca en Titanes Caracol. Lo cual para nosotros es una gran oportunidad para visibilizar el impacto de las bibliotecas comunitarias y la labor del bibliotecólogo en el país. La ceremonia de premiación será el próximo lunes 14 de diciembre y se escogerá a través de votaciones, que cerrarán el 13 de diciembre. Tenemos gran expectativa y esperamos que esta oportunidad sea una catapulta a la idea de replicar nuestra experiencia en otros lugares.
Desde el inicio nos fijamos la meta de convertir la Biblioteca de la Creatividad, en la mejor propuesta para que los niños inviertan su tiempo libre de forma voluntaria. Con estos resultados, sentimos que vamos por un buen camino y cada vez vamos perfilando nuestra idea para que más bibliotecas adopten nuestro modelo, como el mejor lugar para soñar y emprender. Ahora pienso que más allá de debatir o argumentar si están o no vigentes las bibliotecas, necesitamos pasar de la intención a la acción y estar dispuestos a revalidar o desaprender la forma tradicional con la que hacemos y ejercemos nuestra profesión. Necesitamos mezclar conocimientos y generar innovación. Creo que estamos en ventaja con otras profesiones porque todo el tiempo estamos en contacto con el conocimiento, lo único que necesitamos es atrevernos a explorarlo y vivirlo.
Iván Triana: Bibliotecologo y emprendedor social. Cofundador de la Fundación Biblioseo y Director de Desarrollo e Innovación de la misma organización. Consultor y asesor en Gestión Documental y diseño de ecosistemas digitales en empresas del sector público y privado.
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