Venezuela vive una etapa de oscurantismo. Nuestros estudiantes universitarios – ahora se incorporan algunos de secundaria – y la sociedad civil han levantado su voz de protesta por las condiciones de un país donde se incrementa cada día la inseguridad, el desempleo, la discrecionalidad en la aplicación de justicia, la opacidad informativa, la inflación, la escasez de alimentos, medicinas y repuestos, y la criminalización de la protesta. Algunos llaman a esta situación, ¡la tormenta perfecta!
A este rosario de calamidades, tenemos la quema de una biblioteca universitaria, la Biblioteca de la Universidad Fermín Toro en Barquisimeto. La furia contra la protesta estudiantil toma la dimensión de quemar una casa de estudio y con ella su biblioteca. Muere la biblioteca que era un ser vivo, que dialogaba y estaba al servicio de su comunidad. No se leerán ciertos libros que pudiesen haber cambiado el curso de nuestro destino. ¡Fue quemada!
La comunidad bibliotecaria rechaza la violencia y destrucción de nuestros recintos universitarios y con ellos de sus bibliotecas.
Fuente: @LuisEnrique1057
La muerte violenta de una biblioteca universitaria, es parte de la sequía de documentos que desde hace varios años sufren nuestras bibliotecas universitarias, al no renovar suscripciones de revistas, la compra de libros y bases de datos académicas se paralizó, como lo hicieron sus colecciones. La universidad venezolana con su misión de docencia, investigación e innovación, cada día se alejada de la punta del conocimiento. Nuestros investigadores recurren a San Google y a colegas de otros países que facilitan documentos para desarrollar sus investigaciones. Las bibliotecas universitarias mantienen sus colecciones por los trabajos de grado, tesis y trabajos de ascenso que producen sus profesores y estudiantes, sumado a la edición de libros universitarios, que ha disminuido por los altos costos de edición e impresión.
Fuente: RCTV.net – @RCTVenlinea
El 5 de mayo de 2014, es otra fecha nefasta a recordar, quemar una biblioteca debe hacernos levantar nuestra voz de protesta, porque podría pasar en nuestro país, algo similar a lo ocurrido con la Biblioteca de Alejandría que el conocimiento científico se extinguió bajo la peso del fanatismo político.
Elsi Jiménez – @jimenez_elsi – Doctora en Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Coordinadora del Doctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Profesora de la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Lamentable suceso. Apoyo el repudio y el rechazo a la violencia y
este tipo de acciones que no llevan a nada y espero que la situación de
Venezuela mejore pronto.
¡Fuerza y saludos desde Argentina!