“El proceso de escribir, es el proceso de pensar.” Dra. Carmen Medina, 2019.
A finales de mayo, tuve la experiencia de estar inmersa en un retiro. Cuando se menciona la palabra retiro, invariablemente recuerdo situaciones religiosas, sin embargo, este retiro no religioso, de la misma forma transformó mi pensamiento y hasta algunos planes a corto y largo plazo. Participé de un retiro de escritura auspiciado por el proyecto sistémico de la Universidad de Puerto Rico “Enhancing research training through empowerment, resilience and civic engagement” el cual está subvencionado por el programa Innovative Programs to Enhance REsearch Training (IPERT). El propósito de este proyecto sistémico es adiestrar en temas de investigación para preparar la próxima generación de científicos en diversos campos. También el proyecto busca alentar la mentoría entre miembros de la Facultad y entre profesores y estudiantes.
Este proyecto ha ofrecido oportunidades y actividades variadas para el desarrollo y cumplimiento de los objetivos del mismo. Entre estas actividades tales como seminarios, conferencias, talleres y webinars, se ha ofrecido el retiro de escritura como alternativa de desarrollo académico y profesional. El ejercicio de la escritura es uno inmerso en una serie de procesos de pensamiento crítico, pensamiento analítico, de re pensamiento y de actitud. Es un monstruo que se puede vencer, utilizando una serie de estrategias y técnicas.
En mi trabajo, a raíz de IPERT, se creó el Comité Institucional Grupos de Escritura Científica y Creativa, el cual, como parte de las actividades, la administración universitaria consentía a darnos tres horas semanales libres de tareas académicas solo con la responsabilidad de ejercer la escritura. Pues yo, Bibliotecaria al fin, decidí entrar al Grupo de escritura, pensando en tener 3 horas semanales para el ejercicio de escribir, sin embargo, el beneficio iba a ser más allá de esas 3 horas.
Las doctoras que actuaron como mentoras y recursos para este retiro son profesoras en la Universidad de Indiana en el campus de Bloomington, donde está establecido un Programa de escritura académica exitoso. De acuerdo con la página electrónica del Programa de escritura de la Universidad de Indiana en Bloomington, los grupos de escritura en su campus tienen como propósito promover y compartir prácticas de escritura sólidas y construir una comunidad de escritores. Entre los detonantes de este programa se destacan:
- El responder al interés expresado por la facultad de tener bloques extensos y regulares de tiempo dedicados a la escritura;
- Proporcionar estructura y responsabilidad para la escritura de la facultad;
- Proporcionar apoyo al proceso de escritura;
- Proporcionar una atmósfera tranquila y de apoyo para la redacción de profesores;
- Construir una comunidad de escritores de facultad en el campus.
Estos grupos de escritura se apoyan en varios principios fundamentales entre los cuales se mencionan los siguientes:
- Apoyo institucional – que la institución académica reconozca el potencial de su facultad y provea el espacio adecuado y el tiempo para el ejercicio de esta actividad. La producción intelectual de la facultad y por consiguiente la publicación de artículos, ayuda al reconocimiento institucional.
- Compromiso – los participantes de estos grupos deben tener compromiso participativo, tanto con ellos mismos como con su red de apoyo.
- Rendición de cuentas “accountability”– la rendición de cuentas fortalece el compromiso de los participantes, ya que se produce en estos la sensación de ofrecer resultados. Estos resultados evidencian progreso, buen uso del apoyo institucional y crecimiento profesional y hasta personal.
- La escritura como recurso y práctica reflexiva – el ejercicio continuo de la escritura le permite al escritor conocer sus propias limitaciones, y así establecer un plan de acción para el saneamiento de estos.
- Construcción de comunidad – este principio se crea y fortalece al compartir. Al inicio de cada reunión se dedican 20 0 30 minutos a compartir las metas del día, y al final de la jornada se comparte lo sucedido y/o logrado.
Los grupos de escritura parten de las premisas que el escribir a diario produce trabajo de mejor calidad, además de que reduce la ansiedad de no escribir y que el compromiso participativo refuerza la motivación. Durante el desarrollo del retiro, las facilitadoras-mentoras ofrecieron unos talleres o dinámicas encaminadas a conocer nuestras fortalezas y debilidades. Compartiré con ustedes 3 de las estrategias del taller que se encontraron más útiles y satisfactorias.
- Lo esencial es hacer un compromiso de escribir todos los días como estrategia planificada tanto consigo mismo y al estar en grupo con los demás. Esta estrategia puede establecerse por:
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- Periodos de tiempo – escribir 30 minutos por día,
- Cumplir metas cortas – “en el día de hoy, escribiré 2 párrafos,”
- Estas metas deben ser específicas, asequibles y realizables.
- Y para los más osados, cumplir cuota de palabras – “hoy escribiré 800 palabras.”
El asunto aquí es que tal y como sacamos un espacio para reuniones, citas y compromisos en la agenda, establecer un periodo de tiempo para escribir a diario.
2. Identificar en qué periodo del día se está más alerta y productivo. Por ejemplo, hay personas que se sienten más alertas y productivas a las 7:00 a.m. otras a las 10:00 p.m. Este tiempo alerta y productivo se denomina Tiempo A. En el Tiempo A se escribe. Ya cuando necesita hacer otras tareas, tales como editar, leer, releer, buscar información para sustentar el escrito, pues ese tiempo también cuenta, y se le denomina Tiempo B. Recuerde, Tiempo A para escribir, Tiempo B para trabajar otros aspectos del proceso de escritura.
3. Es importante dividir la tarea en partes manejables. El monstruo de la escritura es uno fácilmente domesticable si empleamos técnicas que nos ayuden al manejo de los temas que interesamos desarrollar.
El proceso de escritura, involucra unas etapas. Las mismas le permiten a los interesados desarrollar un plan, realizable y manejable. De acuerdo con MacPhail (2018), el proceso de escritura consta de las siguientes fases:
- Investigación – proceso en el cual se incluye la lectura y tomar notas
- Escritura – esto es la producción de texto nuevo
- Edición y revisión – se re lee y se re estructura el texto ya escrito
- Corregir – la tarea de arreglar pequeños errores gramaticales, de deletreo y arreglar errores para generar un borrador final.
En un artículo electrónico publicado por Eduteka (2003), se establecen pasos similares a los mencionados anteriormente como parte del proceso de escritura. Luce interesante notar que en el proceso de pre-escritura éstos sugieren unas etapas particulares, como por ejemplo determinar las razones para escribir, la audiencia a la cual será expuesto el escrito, encontrar un tópico sobre el cual escribir, desarrollar una lluvia de ideas y en último lugar colocan la investigación dentro del periodo de pre-escritura. Luego de esto, al igual que lo mencionado por MacPhail se menciona generar un borrador, revisión y edición.
Como bien se mencionó anteriormente el proceso de escritura es un monstruo que se puede vencer, utilizando una serie de estrategias y técnicas. Es mi ánimo al producir este escrito, que los que tengan ideas se animen a hacerlas realidad, a que los que escriben se motiven a continuar, a que en espíritu de mejorar, se formen grupos de escritura entre bibliotecarios y ¿porque no? Entre los mismos Infotecarios. Escribir es un arte en el que se manifiesta el Poder de la Palabra y como tal debemos ejercerlo con seriedad y responsabilidad.
Referencias
Alexander, J., Plummer, L., & McLeod, J. (2018). Addressing Gendered Practices Through Women’s Writing Groups. Academe.
EDUTEKA. (2003). El proceso de escritura. EDUTEKA. Recuperado de
Indiana University-Bloomington. Scholarly writing program. Lecturas varias. Material de estudio en retiro de IPERT-UPR. (2019).
MacPhail, T. (2018). The tough love approach to writing. The chronicle of higher education.