No tenía la menor idea de que uno de los InfoTecarios trataría el tema de los programas de estudio antes de mi post, pero como nada es gratuito “ocurrió” y qué mejor preámbulo que este para lo que quiero compartir. Mis motivaciones para escribir este texto son variadas, pero ante todo esta una preocupación permanente por los profesionales que a diario encaramos la realidad, que poco o nada tiene que ver con el mundo de la academia.
Hace poco mas de un año, me acerque a la propuesta curricular de las universidades que en mi país ofrecen el pregrado en “bibliotecología” (por lo cual pueden haber cambiado algunos datos), con la firme convicción de observar un poco más allá de lo escrito y comprender qué sucede al interior del currículo en los programas de estudio. Toda la exploración que realicé estuvo asociada a la investigación Factores de calidad y competitividad en la educación superior en América Latina: el caso de la educación bibliotecológica llevada a cabo por la Universidad Nacional Autónoma de México, La Universidad Autónoma de San Luis de Potosí, La Universidad Nacional de Costa Rica y la Universidad de Antioquia, a través de investigadores de sus correspondientes Escuelas de Bibliotecología.
Pero dejando de lado los formalismos y orientando este texto a lo que verdaderamente quisiera convocar, debo decir que he buscado reflexionar esa calidad en la educación a partir de la comprensión de las propuestas curriculares en bibliotecología y cómo éstas incluyen elementos vitales para hacer del profesional un sujeto crítico y político, cómo incluyen con “calidad” la lectura y la escritura en su esencia.
Antes de continuar quiero aclarar que el concepto de calidad en la educación no lo entiendo desde la corriente neoliberal que promueve el uso de indicadores para medir en base a parámetros estándar “que se aplican por igual, sin considerar diferencias, a los distintos actores educacionales (…) que no mide capacidades mentales, saberes y sentido crítico, sino apenas habilidades mecánicas”. Para este caso la calidad la concibo desde la teoría crítica de la sociedad; es decir como un factor democratizante y liberador, tal como Freire (1991) lo promueve, desde una educación equitativa, que deje atrás las relaciones de dominación, que propenda por una educación para todos y de calidad.
Creo entonces que la lectura y la escritura, son elementos claves al momento de pensar en significar la educación bibliotecológica desde una visión crítica, todo el esfuerzo realizado, la indagación y el análisis apuntan a promover en la comunidad académica un llamado al diálogo y a la reflexión.
Tomada de: http://bibliolectors.tumblr.com/
Y esto fue lo que hallé en mi búsqueda:
Después de estudiar las propuestas formativas (Universidad de Antioquia, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad de la Salle y Universidad del Quindio) que ofrecen el programa en mi país Colombia, (asunto realizado con el aval de las instituciones), por medio de la lectura de sus documentos curriculares que muy amablemente me facilitaron realicé un recorrido a nivel micro, meso y macrocurricular de las apuestas formativas.
Nivel Macro curricular
La misión y objetivos generales propuestos por las universidades presentan un consenso, apuntan a la formación integral, en valores y con responsabilidad social del profesional. Hay un interés marcado por el deseo de contribuir al desarrollo de la región y del país concibiendo el profesional como agente de cambio social, cultural y político. En los objetivos generales se puede observar que tanto la Universidad de Antioquia como la Universidad del Quindío presentan una preocupación por cómo desde la profesión puede apoyarse el progreso del país, sin desconocer las competencias y destrezas básicas que deben desarrollarse en el proceso de formación.
En los objetivos generales de los programas hay un claro interés por la formación de profesionales capaces de acoger y enfrentar los retos y desafíos posmodernos. Contribuyendo social, cultural y políticamente al desarrollo del país. Pensar en un profesional con este tipo de perfil, da cuenta de un sujeto crítico de su propia realidad, un lector autónomo y en identidad consigo mismo. Ahora bien, en cuanto a los perfiles de ingreso, egreso y ocupacionales del bibliotecólogo, destaco la importancia de proponer un perfil de ingreso o del estudiante. Tan solo la Escuela Interamericana de Bibliotecología y la Pontificia Universidad Javeriana cuentan con él, en ambos se destaca la importancia de poseer competencias básicas del lenguaje, asociadas con el desarrollo procesos lecto-escriturales.
Los perfiles de egreso o profesionales y ocupacionales, comienzan a dar cuenta de las visiones propias de cada institución, pues se pueden observar tendencias en cada una de las propuestas que apuntan a las áreas de desarrollo de los programas. No obstante, todos continúan teniendo en cuenta de manera implícita o explícita la importancia de la cultura escrita en el futuro profesional. El análisis, en cuanto los perfiles del profesional toma en cuenta de los documentos curriculares solo asuntos relacionados con la lectura y escritura.
Los perfiles ocupacionales propuestos por las universidades, al igual que el perfil de egreso, dan cuenta de una visión de mundo asociada al proceso formativo, en la cual el papel social y cultural de la profesión en relación con la cultura escrita es mínimo. El imaginario de la profesión de bibliotecología con el que se cuenta en la actualidad, se evidencia como un saber técnico, funcional, que se queda mas en ejecutar y hacer acciones utilitarias, practicas y pragmáticas, que en el plantear procesos que permitan el desarrollo social, cultural y político de los contextos impactados por los profesionales, aún cuando las misiones y objetivos no lo evidencien. Asì la lectura y loa escritura se consideran como elementos imperantes para que la profesión, no se cimiente únicamente en lo técnico funcional, aspecto que por supuesto no debe abandonarse pero tampoco extralimitarse, sino que de veras apunte a impactar de modo consciente y significativo el eficiente ejercicio profesional del bibliotecólogo.
¿Lo estamos haciendo a diario?
Nivel Meso Curricular
A nivel intermedio realicé un análisis, teniendo en cuenta las áreas o núcleos temáticos presentes en cada oferta formativa. Y cómo reflejan la lectura y la escritura en el programa.
De acuerdo con las áreas de formación propuestas para los programas de bibliotecología, la lectura y escritura como elementos a tenerse en cuenta en el currículo están presentes. En la Universidad de Antioquia se evidencia en el campo formativo general. La Universidad del Quindío tiene un área dedicada exclusivamente al tema denominada promoción del acto lector. En la Universidad de la Salle, el tema de la lectura y la escritura se destaca en todas sus áreas curriculares, no obstante no es un factor determinante de todas ellas. Y la pontificia Universidad Javeriana en su área de socio-humanística hace explícito el estudio de la cultura escrita. Sin embargo aunque presentes en todos los programas, la pregunta es; qué tan relevantes son en el currículo los factores de lectura y escritura. Es importante y de resaltar que aunque en todas las universidades se haga mención al tema, a nivel micro curricular se observa que la validez dada, con incluir un campo de acción acerca del tema pierde su encanto cuando la dedicación a este es mínima y en general hace parte de asignaturas complementarias, electivas o de énfasis con una mínima intensidad y dedicación al estudio de estos temas.
¿Pero qué pasa a nivel microcurricular?
Nivel micro curricular
En este último momento aparecen las asignaturas que tienen relación con la lectura y escritura de cada universidad, con sus respectivos créditos. La Universidad de la Salle es quien presenta mayor número de créditos dedicado a materias que traten el tema de la lectura y la escritura, mientras que la Universidad de Antioquia presenta la menor una baja presencia de créditos en relación con temas que aborden la cultura escrita.
No obstante, aunque la Universidad de la Salle presenta un alto componente de asignaturas en relacion con los temas de la lectura y la escritura, algunas de ellas son de libre elección, mientras que en la Universidad de Antioquia, hay un equilibrio màs proximo entre aquellas asignaturas de obligatoriedad y electivas. La Universidad del Quindio no presenta ninguna de las materias como electiva, pues el pregrado cuenta con un área dedicada al estudio de esta tematica. Por último debe decirse que la Pontificia Universidad Javeriana aunque posea un número significativo de materias que aborden los fenómenos de lectura y escritura, la mayoría de estas asignaturas son de libre elección.
Así pues a nivel microcurricular:
- Todas las universidades presentan en su plan de estudios asignaturas que tratan el tema de la lectura y la escritura, no obstante en varias de ellas estas materias corresponden a cursos no obligatorios (electivas, énfasis o complementarias), lo cual deja la posibilidad de que no sean vistos, y se piensen como asignaturas que no son de relevancia en la formación.
- Muchas de las asignaturas ofrecidas promueven la lectura y la escritura como competencias funcionales y aunque en la formación deba, en comienzo, tenerse un desarrollo de este tipo no debe limitarse a este, pues la lectura y la escritura trascienden las fronteras utilitaristas y pasan a ser estrategias y mecanismos de interacción social.
- La mayoría de asignaturas que aportan al desarrollo de competencias lectoras y escritoras son pensadas como complementarias, lo cual demerita la potencialidad de estos fenómenos sociales.
- Es muy interesante la propuesta de la Universidad del Quindío, pues a lo largo de la formación siempre hay presentes asignaturas de este tipo, sin embargo no deben limitarse a lo funcional.
Para plantear el cierre del texto, deseo remitirme a algunas ideas que encontré a partir del rastreo bibliográfico en el documento currículos redimensionados de la Universidad de la Salle. Éste trata en uno de sus apartados un análisis comparativo entre tres de las cuatro universidades que en el país ofrecen el programa. Me remito a esta fuente, ya que estoy de acuerdo con algunos de los presupuestos allí planteados.
“La Universidad Javeriana refleja su debilidad en el área de la información en un contexto social” (Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, 2010, p. 262), además de tener la mayoría de su formación en cuanto a la lectura y la escritura en asignaturas de libre elección, lo cual deja por fuera del currículo a la cultura escrita y sus componentes fundamentales.
“La Escuela Interamericana de Bibliotecología, presenta una debilidad en el área de investigación en el nivel de pregrado, la información en un contexto social y su formación humanística” (Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, 2010, p.262). Aunque el programa de bibliotecología de esta universidad sea reconocido a nivel nacional por su enfoque socio cultural se hace necesario reflexionar en la propuesta curricular, de modo tal que se incluyan con mayor énfasis temáticas, como la lectura y la escritura, que reafirmen la responsabilidad social del profesional como interventor sociocultural de un contexto.
La Universidad de la Salle presenta una propuesta interesante de cursos en relación con la lectura y la escritura, no obstante esta fortaleza puede consolidarse aún mas si se toma la cultura escrita como eje curricular de la propuesta formativa.
Es de rescatar que la Universidad del Quindío tenga entre las áreas de formación, propuestas en la malla curricular, una dedicada al estudio del acto lector, no obstante debe pensarse la lectura y la escritura no solo desde el desarrollo de habilidades y destrezas, sino también desde una visión crítica y reflexiva que les permita ubicarse como fenómenos sociales que promueven un pensamiento de alto orden en el profesional.
De modo general puedo concluir que la lectura y la escritura en los programas de bibliotecología se han pensado tal como lo han hecho la mayoría de las carreras, como competencias más que hay que trabajar. No se les ha dado el lugar que merecen teniendo en cuenta que la tradición bibliotecológica esta fundada en el nacimiento de la cultura escrita ¿o acaso sin el desarrollo de la escritura y la creación de bibliotecas en la antigüedad la bibliotecología hubiera existido en la modernidad y se mantendría en la actualidad?
Se imparten asignaturas relacionadas con la lectura y la escritura como contenidos adicionales, no como componentes fundamentales para garantizar la calidad de los futuros profesionales. Se promueven bibliotecólogos competentes en tareas funcionales y puntuales pero con una visión de mundo reducida y sesgada. La lectura y la escritura permiten el desarrollo de un pensamiento estratégico, crítico, de alto orden para lo cual el currículo debe reflexionarse. Debe cimentarse primero que todo en la cultura escrita
La pregunta es ¿ahora qué sigue? ¿Cómo realizar propuestas alternativas que hagan de la lectura y la escritura prácticas sociales que permitan “otros” lugares de enunciación en la profesión? ¿Es solo nuestra realidad colombiana? ¿Qué pasa en América Latina?
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