Presencialidad…fue, es y será nuestro valor agregado

Para culminar la semana de Infotecarios me permitiré ser más reflexiva que otras veces, dedicando mi espacio al destinatario de toda nuestra acción, rol y gestión bibliotecaria en el mundo de la información… el usuario, pero sin separarlo del espacio físico e in-situ de la biblioteca.

«¿Cómo podemos asegurarnos como bibliotecarios que ni nosotros ni nuestras bibliotecas nos quedemos obsoletos? creo que esta pregunta se puede responder en pocas palabras: servicio al cliente. Sin la misión de servicio y sin las personas que presten ese servicio, la biblioteca no sería más que un almacén. Como organizaciones que prestan servicios, las bibliotecas deben adaptarse, evolucionar y cambiar a medida que lo hacen sus usuarios, aprendiendo a utilizar nuevas herramientas y formas de comunicar y recibir información.» (Bernstein, 2008)

El ser humano por su condición de ser social, necesita y procura buscar espacios en los cuáles sentirse cómodo, ser escuchado, comprendido, se lo trate bien, interactuar y relacionarse con otros. Recientemente el colega infotecario Iván Valderrama manifestó una preocupación por la presencialidad, identificando la gran oportunidad que para las bibliotecas representa el ámbito físico y real.

En un mundo que genera y alimenta sus vínculos humanos en la virtualidad, jugando con las palabras diré, que las bibliotecas presentan una gran oportunidad en esto de desvirtualizar, de constituirse efectivamente en lugares de aprendizaje, encuentro e intercambio, que cada vez menos puede encontrarse en otros sitios.

En una sociedad infoxicada, en que muchos de los problemas y necesidades de información son factibles de ser resueltos con un click en la computadora, aunque pueda resultar redundante, no voy a dejar de reafirmar el importante rol que las bibliotecas y sus profesionales debemos cumplir como orientadoras y alfabetizadores en el acceso y buen uso de la información. El acceso y uso a las tecnologías se amplía cada día a pasos agigantados, lo que lejos está de significar un acceso y uso deseable y adecuado de la información y por tanto de que las personas posean las habilidades informativas mínimas y necesarias.

Ya en otras instancias en mi blog, he referido a la tan urgente necesidad de fidelizar nuestros públicos, así como de ser creativos en los productos y servicios que brindemos, competentes en la gestión de información, profesionales inquietos y ávidos de generar nuevas experiencias y reinventarse cada día.

Una nota de la revista Science recoge la opinión de dos investigadoras de la Universidad de Granada en España respecto al papel de las bibliotecas en la era de internet. «Estos centros están perdiendo su papel tradicional en la sociedad moderna, y creemos que deben de redefinir su función si quieren seguir teniendo sentido en nuestra sociedad. Deben convertirse en un espacio social que se centre en los usuarios. En una biblioteca con una orientación social, la gente podría ir a sacar libros, usar internet, leer un libro y un periódico o ver un documental. Pero también podría discutir los problemas de su barrio o país, comprender la poesía, el teatro, el cine, aprender buenos hábitos alimenticios y de salud, o tomar un café con los demás usuarios”. La biblioteca “debería dar a sus usuarios un entorno en el que puedan desarrollar todas las actividades diarias que permiten a una persona crecer como ciudadano de una comunidad o sociedad.» (Herrera Viedma, López Gijón, 2013)

Culmino este post compartiéndoles una hermosa iniciativa, que con motivo de celebrar el Día del Libro, ha sido llevada a cabo en la Biblioteca de Albacete – España. Experiencia de lo más original y que es ejemplo de cómo las bibliotecas «con pocos recursos» y «mucha actitud» pueden dejar de ser espacios silenciosos y convertirse como en este caso en un escenario de FlashMob.