Sobre el control de autoridad en tiempos de cambio

Sobre el control de autoridad en tiempos de cambio
Enviado por ClaudiaEscobarV… el Vie, 18/01/2013 – 00:03.

Ahora que tantos cambios aparecen en el panorama del catalogador, existe una práctica que se conserva casi intacta: el control de autoridades, ya que sus cambios iniciaron desde hace treinta años, primero con los avances tecnológicos dentro de la biblioteca, después con los cambios en las normas o estándares que buscaban evidenciar el sentido de realizarlo y clarificar sus propósitos: optimizar la búsqueda y recuperación (mediante la elección del catalogador y el uso que le da el usuario), e incluso con nuevos servicios ofrecidos por los proveedores.

La labor del control de autoridad, reflejado en la creación de Registros de Autoridad, hoy día puede dividirse en dos apartados: su contenido (normado por ejemplo, por la segunda parte de las RCAA2 para la elección y construcción de los Puntos de Acceso) y su estructura (de nuestro registro por el MARC Authority).

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El control de autoridad puede definirse como:

  • Proceso realizado para mantener consistencia en la forma verbal usada para representar un punto de acceso en el catálogo, así como el posterior proceso de mostrar las relaciones entre nombres, obras y temas. Arlene G. Taylor, Wynar’s introduction to catalonging and classification
  • El control de autoridades es beneficioso para los catalogadores, a los que posibilita identificar y distinguir entre los puntos de acceso controlados dentro de un catálogo y, aún más importante… beneficia a los usuarios finales, ya que les permite buscar por cualquier forma controlada del nombre del autor o de un título para recuperar los recursos bibliográficos de los catálogos. FRAD
  • Ayuda a proveer estructura y uniformidad a la información, haciéndola más accesible y valiosa para el usuario de la biblioteca. Robert E. Wolverton, Becoming and authority on authority control…

Sin embargo de la mano de RDA llegan algunas novedades enraizadas en FRBR (su base conceptual), lo cual implica la necesidad de conocer una familia de nuevos modelos conceptuales como son:

FRAD (Requisitos Funcionales de los Datos de Autoridad):  Su desarrollo se planteó desde 1999 y fue presentado en la 70 Conferencia General de IFLA en Buenos Aires (2004) como una extensión y expansión de FRBR, añadiendo numerosas entidades y atributos, define a las entidades, sus atributos y sus relaciones necesarias para las tareas de control de autoridad, incluidas las tareas del usuario: encontrar e identificar. Apoya diversas implementaciones del registro de autoridad.  Busca dos objetivos:

1) Proveer entendimiento sobre cómo funcionan actualmente los Registros de autoridad;

2) Clarificar y subrayar conceptos que dan las bases para mejorar o refinar las prácticas de autoridad en el futuro.

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Es un modelo basado en entender QUÉ hacen los catalogadores; y en el CÓMO  utilizan esa información los usuarios. Su implementación busca apoyar las cuatro tareas del usuario planteadas por FRBR (aunque también podemos relacionarlas con lo que buscan los directivos de la biblioteca –las tres primeras- y los bibliotecarios mismos (las cuatro):

  1. Encontrar: una entidad o grupo de entidades que respondan a cierto criterio;
  2. Identificar: una entidad;
  3. Contextualizar: un lugar, persona, organismo corporativo, obra, etc. en su contexto;
  4. Justificar: documentar en el registro de autoridad la razón del catalogador para elegirá ese nombre o forma de nombre en el cual está basado cierto punto de acceso

FRAD define los datos de autoridad como “la suma de información acerca de una persona, familia, entidad corporativa u obra, cuyo nombre se utilice como base para un punto de acceso controlado en las citas bibliográficas, en los registros de un catálogo de biblioteca o base de datos bibliográficas.”

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 ISADN (International Standard Authority Data Number) Identificadores únicos asignados a registros de autoridad para facilitar la cooperatividad y solucionar problemas como: la duplicidad, simplificar el mantenimiento de vocabularios controlados, ajustar el despliegue (la utilización de un único encabezamiento autorizado, es decir, una única secuencia de caracteres de texto que identifique a una entidad, en el enfoque bibliotecario tradicional, pero se ha demostrado que este tratamiento no sirve en el ámbito internacional, pues se necesita disponer de nombres que puedan entenderse, en distintas lenguas y alfabetos), entre otros. Aparentemente, este sistema puede resultar muy ventajoso, ya que los números funcionan en cualquier sistema o aplicación y son independientes de la lengua (aunque esto no es totalmente cierto, puesto que muchas lenguas no utilizan el sistema de números arábigos utilizado en occidente).

Lo sé, al parecer los catalogadores somos fanáticos de utilizar acrónimos extraños y bizarros incluso en su pronunciación, para terminar recordemos que RDA incluye como uno de sus grandes cambios el contemplar la creación de Registros de Autoridad: la Segunda parte de RDA se avoca a registrar datos para identificar Nombres, Familias u Organismos Corporativos así como elementos núcleo para la identificación de dichas entidades, con base en FRAD) y una Tercera parte que aún no ha sido terminada respecto de las Entidades que pueden ser temas (Conceptos, Objetos, Eventos y Lugares).

Debates sobre el control de autoridad
Algunos critican la inversión que implica para la catalogación realizar un adecuado control de autoridad, el tiempo invertido y la labor del catalogador, frente al valor reducido que representa para la recuperación, además de que el espectro documental al que puede ser aplicado se ha reducido (mayormente documentos impresos).

 
El catálogo es una herramienta que busca principalmente ahorrar tiempo y para esto requiere de estructuras basadas en los Principios de Paris (actualizados en 2009) a fin de “ser un instrumento efectivo y eficiente que posibilite al usuario… encontrar un conjunto de recursos que representan todos los recursos relacionados con una persona, familia u organismo corporativo”. 

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Con todo, por distintas razones los usuarios no siempre encuentran lo que buscan, lo cual plantea otro fuerte cuestionamiento a la realización del Control de Autoridad, hoy día cuando la web derriba barreras físicas para el acceso ¿estamos dispuestos a costear la negligencia de los obstáculos semánticos que contaminan el horizonte informacional? ¿nuestros directores creerán que un control de autoridad realizado parcialmente vale la pena?

Dado que el control de autoridad actual este fundamentalmente basado en la investigación del catalogador lo hace muy caro y no se puede realizar a gran escala sin una inversión fuerte. Una alternativa sería el registrar información sobre autoridades antes de publicar un recurso, involucrando a editores, autores, investigadores y bibliotecarios haciendo que dicha información sea más valiosa.
Sin embargo, frente a sus detractores la tarea del Control de autoridades es altamente valorada por los bibliotecarios profesionales, según el artículo “Name authority work today” de Susan Burke y Jay Shorten, siendo una tarea hecha mayormente por bibliotecarios con grado de maestría, además de realizarse casi exclusivamente dentro de bibliotecas académicas; algunos factores que influyen en su realización son el tamaño de las bibliotecas, el número de su personal y claro su presupuesto.

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La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos cuenta con el programa NACO (Name Authority Cooperative Program)  y SACO (Subject Authority Cooperative Program) que invita a bibliotecas extranjeras, instituciones individuales o en grupos, a participar en la creación de registros de autoridad de nombre y registros de autoridad temáticos, esto puede ser visto como la manera de las bibliotecas latinoamericanas para aportar los nombres de sus autores e incluso propuesta de sus temáticas en la forma adecuada de nuestra lengua.

Obras consultadas:

4 comentarios en “Sobre el control de autoridad en tiempos de cambio

  1. Miriam Pirela

    Opino que el control de autoridades es beneficioso para los investigadores porque facilita la visibilidad de sus publicaciones, al tener las variantes del nombre de una forma normalizada. Esto ha sido planteado en innumerables presentaciones de los proveedores que manejan el tema de las citas de la producción científica en los índices internacionales como ISI, Scimago, Scielo, Redalyc…

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    1. Claudia Escobar Vallarta Autor del post

      Estimada Miriam! Gracias por comentar, tienes razón el control de autoridades para los Registros de Nombres son muy útiles para tareas de citación, como bien dices.
      Yo también creo que ahora es más visible el beneficio de esta tarea para los investigadores por los beneficios que pueden obtener de dicha tarea, la cual vale decirlo parece ya no ser sólo exclusiva del catalogador, pues ahora sitios como ORCID o el propio Google Académico invitan a las instituciones o los individuos a crear sus propias identidades, facilitando justo su visibilidad y evitando errores al momento de recuperar o indizar sus obras.
      Muchos saludos,
      Claudia Escobar

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