Soy Pecador

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Fray Guillermo de Baskerville y Adso de Melk, visitan el scrptorium de la abadía.

Fuente: Fray Guillermo de Baskerville y Adso de Melk, visitan el scrptorium de la abadía.

Escuchando los sermones del Franciscano Jorge de Burgos (Eco, 1982), mientras comparto sigilosamente una plática con los escribanos de esta Abadía en Sacra di San Michele, escucho una y otra vez que la lectura es un sacrilegio y es promotora de los pecados latentes de la humanidad.

Resuenan las carcajadas de Donatien Alphonse François de Sade (Chasman, 2000), quién aseveraba que las palabras de este Franciscano eran puras falacias, sobre todo en una biblioteca que te insta a pecar, en ella podrás formar parte de las anécdotas de tantos autores, que sentirás que estas caminando a su lado como un aprendiz al lado de un maestro.

Mientras tanto dejo aún lado de prestarle atención a Jorge de Burgos, y agudizo mi oído en escuchar lo que le comenta Virgilio a Dante Alighieri (1304), la mujer y el hombre, nacen naturales y felices porque no tienen vicios, pero en el momento en que empiezan a reunirse aumenta la concupiscencia o el deseo que el alma siente por lo que le produce satisfacción, un deseo desmedido donde la sociedad está hecha para satisfacer esos apetitos.

Quién no desea nada, puede vivir como un anacoreta o un religioso que vive solo en lugar apartado, dedicado por entero a la oración y la penitencia; el problema es que la sociedad se basa en el anhelo que todos tenemos por poseer bienes, que están relacionadas con la carne, con los afanes y los lujos, la verdad es que nadie necesita la mayoría de las cosas que tiene o desea y está ha sido la historia perenne de la humanidad.

Silencio total, ha llegado el Inquisidor Bernardo Gui (Eco, 1982), otro más que apoya la creencia de Jorge de Burgos, como penitencia dice que el solo hecho de leer la persona debe ser azotada por profanar libros que no deben ser leídos, que no se deben dar a conocer, solo deben ser escritos y que un bibliotecario se encargue de cuidarlos como un tesoro que no debe ser encontrado, ni hojeado.

Da Vinci, Raphael, Miguel Ángel, hasta Cosimo di Giovanni de’ Medici, apoyaban la teoría propuesta por San Pablo, donde el argumentaba, que teníamos tres enemigos, la Libido Sentiendi, la lujuria de los sentidos: comer y fornicar; la Libido Cognoscienti, la del conocimiento: querer saber más, la curiosidad, inventar cosas y la Libido Dominante, es decir, el deseo de poder: querer mandar, dominar e imponerse a los demás (Savater, 2007).

Opte por seguir caminando y escuchando a Dante con Virgilio, se nos unió el Márquez de Sade y de la nada apareció Jean Baptiste Grenouille (Süskind, 1985), silencioso, precavido, buscando la manera existencial de poder ser reconocido y se ha percatado que la lectura, ejerce una metamorfosis como le paso a Gregor Samsa (Kafka, 1915), aunque no pretendo ser un escarabajo y mucho menos esconderme de los demás.

Es preferible ser como los poetas: Alí Primera, Luis Mariano Rivera, María Rodríguez, Gualberto Ibarreto, Andrés Eloy Blanco, José Ramos Sucre, Cruz Salmerón Acosta, Andrés Mata y otra cantidad de personajes que no aceptaron ser sometidos y mucho menos dejar de ser pecadores.

Los libros nos modelan y perpetúan la vida humana, con hábitos que nos permiten tener más habilidades que es una verdadera fortuna, pocos carecen de ella, pues, casi todos poseemos algún talento especial y la lectura te da esa LIBERTAD!!!

Fernando Antonio Salas Granado

Bibliografía.

Alighieri, D. (1304). La Divina comedia.- España: Editorial Océano.

Chasman, J.; Kaufman, P.; Wechsler, N. (Productores), & Kaufman, P. (Dirección). (2000). Quills: Letras prohibidas, la leyenda del Marqués de Sade [Película]. Estados Unidos: Fox Searchlight Pictures.

Eco, U. (1982). En el nombre de la rosa.- España: Lumen.

Kafka, F. (1915). La metamorfosis.- Alemania: Kurt Wolff Verlag.

Savater, F. (2007). Los 7 pecados capitales.- España: DEBOLSILLO.

Süskind, P. (1985). El perfume: historia de un asesino.- Alemania: Diogenes Verlag.

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