En el mundo de la ciencia, la irrupción de los chatbots como ChatGPT, Gemini, Llama o Copilot está generando un cambio significativo en la manera en que los investigadores abordan sus tareas diarias. Un artículo reciente de *Nature* examina este fenómeno, destacando cómo estas herramientas, cuando se utilizan de manera adecuada, pueden potenciar la productividad y creatividad en la investigación científica. El autor, Milton Pividori, enfatiza que para maximizar los beneficios de los chatbots, es esencial un enfoque cuidadoso en la ingeniería de solicitudes (prompt engineering) y en la selección de tareas idóneas.
El artículo subraya tres lecciones cruciales aprendidas durante 18 meses de interacción con chatbots en el contexto científico:
1. **Ingeniería de solicitudes (Prompt Engineering):** La calidad de las respuestas que ofrece un chatbot está directamente relacionada con la precisión y claridad de las solicitudes. Aprender a formular preguntas y directrices claras es fundamental para obtener resultados útiles.
2. **Selección de tareas:** No todas las tareas son adecuadas para ser delegadas a un chatbot. Es vital identificar cuáles pueden ser automatizadas sin comprometer la calidad del trabajo y cuáles requieren la intervención directa del investigador.
3. **Equilibrio entre creatividad humana y automatización:** Aunque los chatbots pueden ofrecer soluciones rápidas y eficientes, la intervención humana sigue siendo crucial para la innovación y el pensamiento crítico en la ciencia. La combinación de ambas fuerzas puede llevar a avances significativos, pero es esencial mantener un equilibrio.
Además, el artículo advierte sobre las limitaciones de los chatbots, como la posibilidad de errores o sesgos en las respuestas generadas. Por lo tanto, estos deben ser vistos como herramientas complementarias que apoyan, pero no reemplazan, el trabajo del investigador.
Escribe más, lee menos: Un nuevo enfoque en la interacción con chatbots
Una de las secciones más destacadas del artículo se titula «Escribe más, lee menos», y ofrece una reflexión sobre cómo los científicos pueden interactuar de manera más efectiva con estos sistemas. Pividori argumenta que, en lugar de dedicar tiempo a leer extensos manuales o guías, los investigadores pueden aprovechar los chatbots para obtener respuestas concisas y relevantes, lo que ahorra tiempo y mejora la eficiencia. Sin embargo, advierte que, aunque los chatbots pueden generar respuestas útiles, es crucial verificar la precisión de la información proporcionada, ya que estos modelos aún están lejos de ser infalibles.
Este enfoque promueve una interacción más activa con las herramientas de inteligencia artificial, sugiriendo que el verdadero valor de los chatbots radica no solo en su capacidad para generar texto, sino en su potencial para facilitar procesos de pensamiento más rápidos y eficientes.
En conclusión, la integración de chatbots en el ámbito científico promete grandes beneficios, siempre que se maneje con cuidado y se mantenga el foco en la creatividad y el rigor humano. Este enfoque híbrido entre inteligencia artificial y capacidad humana podría redefinir la productividad científica en los próximos años.
Puedes profundizar más en este tema en el artículo original publicado por *Nature* [aquí](https://www.nature.com/articles/d41586-024-02630-z).
Mensh B, Kording K (2017) Ten simple rules for structuring papers. PLOS Computational Biology 13(9): e1005619. https://doi.org/10.1371/journal.pcbi.1005619