Web 2.0 en el desarrollo de colecciones

Muchos autores han tratado el tema de la Biblioteca 2.0 y sus diversas derivaciones e implicaciones en los servicios bibliotecarios. Sin embargo, se ha tratado muy poco el potencial que tienen las tecnologías de la Web 2.0 en el desarrollo de colecciones, y en cómo pueden ayudar a tener usuarios más participativos.

Elementos de la biblioteca 2.0

Para entender brevemente cuáles son los elementos generales de una biblioteca basada en las tecnologías de la web 2.0, Maness (2006) señala los siguientes:

  1. Se centra en la participación del usuario.
  2. Fomenta el desarrollo y uso de colecciones y servicios en formato multimedia.
  3. Posee una fuerte presencia e influencia en Internet y redes sociales.
  4. Es considerada como una institución innovadora al servicio de la comunidad.

El primer punto es uno de los elementos esenciales que muchos autores concuerdan como característico de la Biblioteca 2.0. Más allá del uso de las tecnologías, y de cómo estas potencian la colaboración del usuario, el punto inicial de la web 2.0 es la cultura participativa.  Por ejemplo, Kwanya, Stilwell, & Underwood (2013, p. 190) señalan que el usuario se convierte activamente en un agente participativo, co-creador, constructor y consultor de los servicios y colecciones de la biblioteca.

[…] we need to see the library as a collection of member collections (Lankes, 2011, p. 146).

A partir del concepto del usuario participativo es como se puede construir una idea en donde nuestras colecciones, sin importar su formato, son creadas a partir de las necesidades de nuestra comunidad, cosa que siempre ha sido así, pero con la característica de que aprovecharemos los beneficios que nos traen las redes sociales, como por ejemplo la innovación, la participación sincrónica y asincrónica de los usuarios, la actualización constante de información, así como la retroalimentación inmediata de ellos.

Usuarios participativos en el desarrollo de colecciones

Actualmente es imposible pensar que como administradores de colecciones o bibliotecarios de adquisiciones se puede tener un mapa completo de todo lo que se va publicando, ya sea que llegue por medio de las editoriales, los proveedores, las páginas web, las ferias de libro, las sugerencias y peticiones concretas de usuarios, entre otros más. No obstante, a pesar de que el panorama es enorme, hoy es más fácil y rápido detectar una gran cantidad de obras y recursos que, sin ayuda de las herramientas de la web 2.0, será imposible identificar.

Por esta razón, es importante considerar la participación de los usuarios en el desarrollo de colecciones de una manera más activa y cercana. Aunque para muchos bibliotecarios esto aún sea un tema muy controvertido, pues se llega a pensar que nuestro trabajo y profesionalismo  queda relegado si dejamos que alguien más intervenga en las nuevas adquisiciones. No obstante, Deodato menciona algo muy cierto, y que no todos logran ver, o peor aún, aceptar:

Muchos bibliotecarios pueden resistirse a la idea de permitir que otros tomen las decisiones de desarrollo de colecciones, pero el hecho es que hemos permitido que los proveedores comerciales tomen tales decisiones por lo menos desde la década de 1960, apoyándose en prácticas tales como órdenes permanentes, órdenes abiertas, y planes de aprobación. Los vendedores, por supuesto, toman estas decisiones de acuerdo a criterios especificados por la biblioteca. ¿Los usuarios de la biblioteca no podrían tener la misma participación en el desarrollo de colecciones con al menos el mismo nivel de responsabilidad? (2014, p. 748)

Muchas veces olvidamos para quién trabajamos y para quién estamos desarrollando una colección. Sería muy enriquecedor apoyarnos en nuestros usuarios, no solo para recibir sus solicitudes concretas de compra, sino también para interactuar, charlar y debatir el desarrollo de nuestra colección. Fomentar una cultura participativa tendría que ser nuestra prioridad, no estarse preocupando si alguien más está usurpando nuestras actividades.

Un paréntesis sobre el PDA

Un ejemplo del cómo el usuario puede participar aún más en el desarrollo de la colección es por medio del PDA: Patron Driven Acquisitions o Adquisiciones Dirigidas por el Usuario. Aunque surgió más como modelo de libros electrónicos en Australia (Paulson, 2011, p. 63), la idea de romper con el paradigma de las adquisiciones tradicionales, en donde el bibliotecario era el eje de toda decisión, fue lo trascendente para el desarrollo de colecciones.

La introducción del PDA en las bibliotecas supone un avance para hacer aún más partícipes a los usuarios en el desarrollo de colecciones. Sin embargo para otros, como Buschman (2014), representa una amenaza porque puede llegarse a generar un modelo de cliente-consumidor que no beneficia ni al usuario ni a la biblioteca, solo a los proveedores o vendedores. Y en cierta forma Buschman tiene razón al presentar no solo una, sino otros seis argumentos más para mostrarse escéptico ante el PDA. Por principio, no debemos cambiar la idea de nuestros usuarios por la idea de clientes-consumidores, más bien tenemos que hacer partícipes a nuestros usuarios para desarrollar una colección como reflejo de sus necesidades reales en el plano académico y recreativo.

3 ejemplos para el desarrollo de colecciones

Después del paréntesis sobre el PDA y su importancia para el desarrollo de colecciones desde el punto de vista de la participación del usuario. Podemos aterrizar y señalar brevemente algunos ejemplos de cómo la Web 2.0 se puede utilizar en el desarrollo de colecciones.

LibraryThing

Posiblemente el principal ejemplo que podemos señalar sobre la web 2.0 en el desarrollo de colecciones es el uso de las redes sociales, como muestra está LibraryThing. Como herramienta de catalogación social, tal como lo señala (Banegas, 2016), enriquece mucho el trabajo de la descripción bibliográfica de una obra. Además, por su amplia red de lectores y la posibilidad de crear listas de solicitudes, así como ver los comentarios de los usuarios sobre ciertos títulos que podrían interesar a la biblioteca, ofrece un plus para la selección de diversos tipos de materiales.

LibraryThing

LibraryThing es muy aceptable debido a su facilidad de uso, personalización sencilla, incluye la funcionalidad de etiquetar, agregar comentarios, además permite la creación de listas de libros fácilmente manipulables (Kozel-Gains & Stoddart, 2009, p. 137).

Facebook y Twitter

Actualmente muchas bibliotecas de diferentes tipos ya cuentan con un perfil en Facebook o Twitter. Algunas instituciones, incluso tienen diferentes cuentas para cada uno de sus departamentos o secciones medulares. Muchos servicios bibliotecarios, como la referencia digital, también se realizan por medio de este tipo de tecnologías. Lo que ha dado pauta para fomentar aún más su uso, pues además de su bajo costo y accesibilidad, permite una mayor comunicación con los usuarios por su rapidez.

Facebook
Por ejemplo, en el caso de desarrollo de colecciones, los mismos bibliotecarios con presencia en las redes sociales han señalado que los usuarios hacen solicitudes de compra por medio de este tipo de herramientas (Petit, 2011, p. 254). Situación que representa un canal diferente para interactuar con ellos, pero además, con otras bibliotecas o bibliotecarios que podrían complementar nuestras prácticas en la selección y adquisición de materiales.

Existen otras funcionales de las redes sociales y demás herramientas de la web 2.0 que pueden utilizarse para apoyar el trabajo de desarrollo de colecciones. Lo importante es realizar un plan para implementar estas herramientas, analizar sus pros y contras, pero además estudiar adecuadamente el tipo de usuarios que tenemos para ofrecer un mejor servicio. Por otra parte, no se trata de utilizar a diestra y siniestra todas las herramientas de la web social, sino solo echar mano de aquella que complementan nuestro trabajo, y que por ende, hacen más sencilla la comunicación con el usuario.

Referencias

Banegas, P. (2016, mayo 9). Catalogación social. Recuperado a partir de https://www.infotecarios.com/catalogacion-social/

Buschman, J. (2014). Seven reasons to be skeptical about patron-driven acquisitions: a summary. En K. Bridges (Ed.), Customer-based collection development: an overview (pp. 159–176). Chicago: ALA Editions, an imprint of the American Library Association.

Deodato, J. (2014). The patron as producer: libraries, web 2.0, and participatory culture. Journal of Documentation, 70(5), 734–758. http://doi.org/10.1108/JD-10-2012-0127

Kozel-Gains, M. A., & Stoddart, R. A. (2009). Experiments and Experiences in Liaison Activities: Lessons from New Librarians in Integrating Technology, Face-to-Face, and Follow-Up. Collection Management, 34(2), 130–142. http://doi.org/10.1080/01462670902729150

Kwanya, T., Stilwell, C., & Underwood, P. G. (2013). Intelligent libraries and apomediators: Distinguishing between Library 3.0 and Library 2.0. Journal of Librarianship and Information Science, 45(3), 187–197. http://doi.org/10.1177/0961000611435256

Lankes, R. D. (2011). The atlas of new librarianship. Cambridge, Mass: MIT Press.

Maness, J. M. (2006). Library 2.0 theory: Web 2.0 and its implications for libraries. Webology, 3(2). Recuperado a partir de http://www.webology.org/2006/v3n2/a25.html

Paulson, K. (2011). The story of Patron-Driven Acquisition. En D. A. Swords (Ed.), Patron-Driven Acquisitions history and best practices (pp. 63–78). Berlin, Boston: De Gruyter.

Petit, J. (2011). Twitter and Facebook for User Collection Requests. Collection Management, 36(4), 253–258. http://doi.org/10.1080/01462679.2011.605830

 

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